El ex presidente Donald Trump y sus aliados dicen que una reciente presentación judicial del fiscal especial del Departamento de Justicia, John Durham, es una prueba de que estaba siendo espiado como candidato en 2016 y más tarde como presidente por personas involucradas con la campaña de Hillary Clinton.
La presentación de 13 páginas presenta nuevas pruebas que Durham recopiló sobre los extremos a los que llegaron los partidarios demócratas para llevar la narrativa al FBI y la CIA de que Trump estaba involucrado en comunicaciones secretas inapropiadas con el Kremlin mientras se postulaba para presidente.
Pero según un destacado experto en ciberseguridad, la presentación altamente técnica, aunque plantea algunas preguntas potencialmente preocupantes sobre el uso de datos gubernamentales no públicos con fines políticos, hace poco para respaldar la afirmación de Trump de que sus acusaciones de espionaje han sido reivindicadas.
La presentación fue hecha por Durham el viernes en un caso que involucra a Michael Sussmann, un abogado de ciberseguridad que ha sido acusado de mentir al FBI al no revelar que estaba trabajando para la campaña presidencial de Clinton en 2016 durante una reunión clave en septiembre con un alto funcionario de la oficina.
Los fiscales alegan que en septiembre de 2016, Sussmann trajo al entonces abogado general del FBI, James Baker, acusaciones desacreditadas sobre un canal de comunicación secreto entre la Organización Trump y el Alfa Bank, una institución financiera rusa propiedad de compinches de Vladimir Putin.
Durham alega que Sussmann le dijo a Baker que no estaba trabajando en nombre de ningún cliente cuando le proporcionó a Baker material sobre el supuesto canal secreto, cuando, según el fiscal especial, en realidad facturó su trabajo en el asunto a la campaña de Clinton. (Sussmann ha negado los cargos, y el caso está programado para ir a juicio en un tribunal federal en Washington, D.C., esta primavera).
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