HASTA QUE LA GENTE REVIENTE "LE ESTAN VACUNANDO"

Elver Gato Chatiesa
Es asombroso cómo se va cumpliendo lo peor que uno se iba imaginando hace meses; a saber, en este caso: van a meterle dosis a la gente que consienta hasta que revienten de una forma u otra. Porque van a terminar reventando: los menos fulminantemente (errores de diseño del veneno diferido) y la mayoría, a plazos (cánceres, enfermedades autoinmunes y neurodegenerativas).

La ley de eutanasia recientemente aprobada en los países que no la tenían se encargará de limpiar eficientemente los numerosos restos humanos que vegeten en los hospitales para dejar sitio al siguiente desgraciado de la lista anónima.

Y leyes como la de Seguridad Ciudadana, recientemente aprobadas en España, otorgarán plenos poderes al Gobierno para sofocar cualquier intento de rebelión de la gente que vaya despertando del sueño de los idiotas a la vida real.

Con respecto a los que no consentimos inocularnos, ya sabéis: primero un confinamiento eterno que no podrán ejecutar en la práctica por ser completamente imposible de controlar. Luego y con la excusa, un corralito económico sumamente fácil de llevar a cabo. Finalmente, para los que hayamos resistido la rueda del potro mediático, nos reservan un billete solo de ida a los campos de cuarentena, donde lo último que nos harán es cuarentenarnos, os lo aseguro.

¿Todo esto os parece exagerado? Revisad el concepto de la Ventana de Overton, haced memoria desde que empezó esta farsa genocida de mierda y ved cómo lo están aplicando descaradamente. Supongo que a los alemanes de los años 30 les parecerían exagerados los campos de exterminio, tanto como a sus contemporáneos norteamericanos las bombas de Hiroshima y Nagasaki, cuyo único y verdadero objetivo fue consolidar el liderazgo mundial de los EEUU enseñando el poder sobrenatural del que eran capaces con un único gesto.

En fin, en todo caso, no deberíamos quejarnos: al menos nos están dejando la opción de elegir como queremos irnos al otro barrio: si como un rebaño de gilipollas sin dignidad ni conciencia alguna, o como seres humanos a los que podrán exterminar pero nunca engañar ni postrar. Vosotros decidís.