El senador republicano Lindsey Graham calificó duramente el segundo intento de juicio político al presidente Donald Trump por parte de los demócratas que entraría en el Senado esta semana como un acto de venganza política que no tiene ningún fundamento legal.
“El intento del Senado de descalificar a un presidente que ya no está en función de un cargo futuro, sería un acto inconstitucional de venganza política, no un acto constitucional recto para proteger a la nación mediante la destitución de un presidente titular”, escribió Graham. “Un esfuerzo tan gratuito y sin sentido del Senado de los Estados Unidos no es digno de nuestra gran institución, ni un servicio a la nación y al pueblo americano. Incitará a una mayor división”.
Graham, republicano por Carolina del Sur, envió una carta solicitando al ahora líder de la mayoría Chuck Schumer que desestime el juicio político contra Trump que fue aprobado la semana pasada por la Cámara de Representantes.
Los demócratas una vez más intentan realizarle un juicio político a Trump basados en los incidentes ocurridos en el Capitolio el 6 de enero pasado, cuando el Congreso realizó la sesión conjunta de ambas cámaras para certificar los votos del Colegio Electoral que certificaron al demócrata Biden como ganador de las elecciones.
Según los demócratas, el presidente incitó a que la gente entrara violentamente al recinto del Congreso. Otros afirmaron que Trump no condenó la violencia lo suficientemente y que demoró en hacerlo. Pero la evidencia contradice los argumentos del impeachment.
El presidente Trump llamó a sus seguidores a manifestarse pacíficamente ese día y dio un discurso frente a los cientos de miles de personas que se reunieron en las cercanías del Congreso.
Durante su discurso, Trump reiteró que las elecciones fueron manipuladas y que su equipo legal agotó todas las vías legales para revertir los resultados corruptos, pero en ninguna instancia consiguió que la evidencia presentada fuera revisada, e incluso la Corte Suprema decidió simplemente rechazar el caso. En ningún momento el presidente llamó a la violencia ni nada similar.
El presidente Trump dijo el pasado 12 de enero con respecto a las palabras pronunciadas el día de los incidentes:
“Si ustedes leen mi discurso, mucha gente lo ha hecho, y lo he visto tanto en los periódicos, en los medios de comunicación, en la televisión, y ha sido analizado y a la gente le pareció que lo que dije fue totalmente apropiado”.
Según un informe previo de BLes, los alborotadores de quienes ahora se sabe muchos eran miembros de Antifa y Black Lives Matters, dos organizaciones marxistas cuyo objetivo era justamente crear caos, irrumpieron en el recinto cuando Trump todavía estaba hablando, lo cual indica que existía una intención premeditada.
Además, el tiempo que toma llegar desde el lugar del discurso hasta la Casa Blanca es lo que el presidente demoró en grabar el mensaje pidiendo a sus seguidores que se vayan a sus casas en paz.
Del mismo modo, numerosos videos grabados ese día, muestran la actitud sospechosa de policías que no solo abrieron paso a los manifestantes sino que dentro del Congreso los fueron guiando para que lleguen a la sala principal.
En su carta, Graham citó que la Constitución incluye dos recursos para el juicio político: la destitución y la inhabilitación. Declaró que el marco de la legislación no tiene la intención de evitar que un expresidente se vuelva a presentar a las elecciones mediante un impeachment.
El juicio político en la Cámara de Representantes se realizó sumamente rápido, no hubo debate ni se presentó ninguna evidencia, que según un reporte de The Hill, violó el procedimiento en diversos puntos. Diez republicanos se sumaron a los demócratas y votaron a favor.
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