La meditación era una práctica común en antiguas civilizaciones del mundo. Las enseñanzas de Buda, por ejemplo, datan de unos 500 años antes de Cristo.
Con el paso del tiempo, las diferentes vertientes fueron dándose a conocer en Occidente a través de diferentes maestros. A medida que se han ampliado las visiones, estas enseñanzas han sido adaptadas o simplificadas para adaptarse al ritmo actual. Por eso, encontrar un solo significado para la palabra meditación es imposible. Es mejor decir que sin importar la escuela, el maestro o la creencia, sus fines primordiales coinciden: aquietar la mente, enfocarse en el presente, adquirir paz mental.