Comencé este artículo recordando un escrito del 2011, a pocos meses de comenzar el blog. En él hablé brevemente de las razas adámicas y pre-adámicas, dando un panorama general de un tema más que apasionante, pues se refiere a nuestros orígenes hiperbóreos y su historia.
“…En la cultura judeo-católica pos cristiana, se considera raza adámica a la descendiente de Adán. Es la que surge de la cruza del Lhulu con el Manu, Lhumanus → humanos. Esta raza es la más contemporánea de todas, la última manipulación genética hasta la fecha. Las razas pre-adámicas son aquellas que existieron antes de dicha manipulación, como las hiperbóreas de Mu, Lemuria y posiblemente Atlántida, aunque esta por su cercanía puede considerarse también Adámica…”
Nos centraremos en la parte resaltada. Primero observar que se habla de razas (plural) dando la posibilidad que fuera más de una, haciendo una distinción entre las de Mu, Lemuria y Atlántida. Lo hiperbóreo es aquello más allá de lo boreal (norte). Estas razas eran conocidas como las razas hiperbóreas por la mitología griega. Hiperbórea era una región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al norte de Tracia. Su nombre deriva del griego: (Υπερ βορεία) Hyper Boreas, que significa “más allá del norte”. Se creía que el dios-viento Bóreas habitaba en Tracia, y los hiperbóreos, sus hijos, lo harían más al norte de este reino, en el país de Hiperbórea.
Desde fuera de la caja iniciaremos el viaje hacia hiperbórea para encontrar la Atlántida de Platón. Comenzaremos con la frase “más allá del norte”, que sin duda es la clave de todo este misterio. Esté donde esté y viva donde viva, el norte siempre es el norte, así que partiremos hacia él en un viaje cuyo destino final será la Atlántida. Comencemos pues el camino.
Si usted se dirige al norte de nuestro planeta, llegará a un punto donde cualquier camino que tome, lo llevará hacia el Sur, pues estará parado en el polo norte de Gea. Si continúa caminando llegará a otro punto donde el paso siguiente será nuevamente hacia el norte, o sea, que si avanza volverá al punto de partida. Ese lugar donde se encuentra parado será el polo Sur, en el continente Antártico. Simplificando, mas allá del norte está el Sur. Ahora bien, nadie vio lo más obvio, el elefante escondido entre los elefantes, pues hasta la similitud de su nombre lo indica, la Atlántida es la Antártida, el actual continente Antártico ahora cubierto por el hielo, pero floreciente y templado en su época. Hiperbórea estaba en la Antártida y por consiguiente fue también Lemuria y Mu cuando los continentes estaban unidos y formaban el supercontinente de Pangea.
Por este motivo el continente Antártico es un territorio internacional, por este motivo hay zonas prohibidas y que no pueden visualizarse en Google Earth, por este motivo Adolf Hitler se dirigió allí y construyó su base a las puertas de entrada del mundo interino de los Lacerta, y es por esta razón que últimamente presidentes, religiosos y otros miembros de la elite se han dirigido a la Antártida, pues han comenzado a aparecer sus ciudades y tecnología, resurgiendo de entre los eternos hielos polares que la cubrían.
La Atlántida de los diálogos de Platón es el continente Antártico, conocido por los primeros faraones, los Nefilim, como Thule de los orígenes. Puede que digan que esto no concuerda con lo dicho por Platón, pues él la ubica en otro lugar, pero como ya saben, nada es lo que parece, ni el teorema de Pitágoras es lo que parecía ser. Pueden creer o no creer, no importa, no es relevante, el tiempo dirá si esto es o no verdad, pues todo saldrá a la luz, tarde o temprano, pero saldrá a la luz.
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