Uno de los objetivos de la agenda 20-30 es asociar el control médico y diagnóstico a la tecnología, bien sea en un principio a través de dispositivos de control externo o más adelante de dispositivos internos.
Llevamos tiempo, sobre todo desde la “Plandemia” viendo la publicidad de compañías médicas ensalzando todo este tipo de dispositivos. Para cualquier observador un poco perspicaz es evidente que pretenden hacerse con la totalidad de la industria sanitaria uniendo tecnología, diagnostico y control.
De esta forma el idiota que lleve el dispositivo estará regalando su privacidad e intimidad a cualquier gilipollas que se quiera aprovechar de ellos sacándole el jugo hasta de sus dolores de cabeza o su tensión arterial.
Han creado una enorme masa de hipocondríacos que serán felices haciendo manitas con la tecnología, aunque también es probable que muchos otros consideren que darse una buena ducha es la manera de relajarse y asearse.
Supongo que a partir de ahora habrá como siempre dos tipos de personas en la sociedad, los que tienen criterio propio y los que no. Los que solo utilizan aquello que le es útil y los que van a la moda.
El problema es que en esta ocasión ir a la moda te puede costar la libertad y la vida.
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