Artículo escrito por el Dr. Luis de Benito. Médico, especialista en aparato digestivo y endoscopia.
EL DOCTOR BENITO DE BENITO, ESPECIALISTA EN APARATO DIGESTIVO Y UNO DE LOS PROFESIONALES DE LA SALUD MÁS CONSTANTES EN LA DIVULGACIÓN DE INFORMACIÓN VERAZ, NOS ADVIERTE SOBRE LOS CAMBIOS QUE SE ESTÁN PRODUCIENDO EN LA DINÁMICA SANITARIA
EL PERSONAL SANITARIO ESTÁ INCREMENTANDO SU MALESTAR POR SU SITUACIÓN LABORAL
EL DOCTOR BENITO DE BENITO, ESPECIALISTA EN APARATO DIGESTIVO Y UNO DE LOS PROFESIONALES DE LA SALUD MÁS CONSTANTES EN LA DIVULGACIÓN DE INFORMACIÓN VERAZ, NOS ADVIERTE SOBRE LOS CAMBIOS QUE SE ESTÁN PRODUCIENDO EN LA DINÁMICA SANITARIA
EL PERSONAL SANITARIO ESTÁ INCREMENTANDO SU MALESTAR POR SU SITUACIÓN LABORAL
Las noticias cada vez apuntan a más niños ingresados por problemas de salud, derivados de la Covid o sus vacunas. Aparte de sospechas, esto también está generando problemas de convivencia en las escuelas.
Parece relajarse la presión social sobre mascarillas. No se sabe si volverán en primavera cuando se reconozca el incremento de mortalidad.
No hay excesiva presión en la ocupación de camas hospitalarias ni de UCI: lo de siempre. Siguen en las noticias hablando de que los ingresados son mayormente no vacunados: no es cierto, en absoluto. Los no pinchados estamos, en general, bastante más sanos y no necesitamos recursos sanitarios.
No obstante, sean vacunados o no vacunados, en estos momentos la importancia COVID en ingresados (tanto en planta como en UCI) es IRRELEVANTE en el contexto de la asistencia sanitaria global.
El personal sanitario está incrementando su malestar por su situación laboral. Los sindicatos hacen “como que se quejan” pero el movimiento sindical, en su gran medida, sigue anestesiado por las prebendas estatales.
Se están incrementando las alarmas sobre deterioro del sistema inmunológico, tanto con aumento de “infecciones resistentes a muchos antibióticos”, como incremento de cáncer (sobre todo hematológicos y digestivos) en gente joven, acaso por descuido de la vigilancia inmunológica sobre los conatos de cáncer. Los llamamientos a la “prevención” se incrementarán como parte del miedo.
Advertencia a limitaciones de recursos, tanto en personal como en medicación y prestaciones. Afectarán, tanto a la asistencia pública como privada. Los recortes asistenciales en calidad y cantidad aumentarán la preocupación por la salud.
Estamos creando núcleos de atención médica para recabar información sobre efectos secundarios de este experimento. De momento, en Madrid y en Segovia vamos centralizando las atenciones con el fin de aprender de la nueva forma de enfermar a partir de estos pinchazos.
9. Con alegría, con educación, pero con contundencia, no dejéis de hacer valer vuestros derechos. Quien os reclame pruebas como PCR o vacunación como requisito para ser atendido médicamente o ejercer vuestros derechos, probablemente, esté faltando gravemente al deber deontológico y al Código Penal.
¡Sonreíd y saludad!
Parece relajarse la presión social sobre mascarillas. No se sabe si volverán en primavera cuando se reconozca el incremento de mortalidad.
No hay excesiva presión en la ocupación de camas hospitalarias ni de UCI: lo de siempre. Siguen en las noticias hablando de que los ingresados son mayormente no vacunados: no es cierto, en absoluto. Los no pinchados estamos, en general, bastante más sanos y no necesitamos recursos sanitarios.
No obstante, sean vacunados o no vacunados, en estos momentos la importancia COVID en ingresados (tanto en planta como en UCI) es IRRELEVANTE en el contexto de la asistencia sanitaria global.
El personal sanitario está incrementando su malestar por su situación laboral. Los sindicatos hacen “como que se quejan” pero el movimiento sindical, en su gran medida, sigue anestesiado por las prebendas estatales.
Se están incrementando las alarmas sobre deterioro del sistema inmunológico, tanto con aumento de “infecciones resistentes a muchos antibióticos”, como incremento de cáncer (sobre todo hematológicos y digestivos) en gente joven, acaso por descuido de la vigilancia inmunológica sobre los conatos de cáncer. Los llamamientos a la “prevención” se incrementarán como parte del miedo.
Advertencia a limitaciones de recursos, tanto en personal como en medicación y prestaciones. Afectarán, tanto a la asistencia pública como privada. Los recortes asistenciales en calidad y cantidad aumentarán la preocupación por la salud.
Estamos creando núcleos de atención médica para recabar información sobre efectos secundarios de este experimento. De momento, en Madrid y en Segovia vamos centralizando las atenciones con el fin de aprender de la nueva forma de enfermar a partir de estos pinchazos.
9. Con alegría, con educación, pero con contundencia, no dejéis de hacer valer vuestros derechos. Quien os reclame pruebas como PCR o vacunación como requisito para ser atendido médicamente o ejercer vuestros derechos, probablemente, esté faltando gravemente al deber deontológico y al Código Penal.
¡Sonreíd y saludad!
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