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jueves, 24 de diciembre de 2020

HABLO EL REY DE ESPAÑA ¿Feliz Navidad, Majestad?



Hace veinte días deseaba, también con interrogantes, un “feliz Día de la Constitución”, ya que el panorama “republicanero” -permítaseme el término- de algunos de los hoy “imprescindibles” socios del partido que ya llevó al desastre a España hace más de 84 años, ponía en duda que en 2021 se repitiera esa celebración de la Ley de Leyes que, “desde la Ley a la Ley”, pasando por la de Reforma Política, aprobó más del 90% de españoles en 1978, en un intento de paz y olvido que algunos -los mismos que en 1936- quieren hacer vano 42 años después.
Hoy, en una nueva “Nochebuena y mañana Navidad”, los interrogantes vuelven a ser protagonistas de ese deseo y anhelo ante la incertidumbre que el discurso de esta noche de Don Felipe VI pueda deparar. Por ello, aunque la esperanza de que llegue mi mensaje a Su Majestad (SM) la considero más que remota, me animo a dejar estas reflexiones.
Empiezo por recordar algunas cosas de su gran intervención del pasado 3 de Octubre de 2017 -la última y casi única de calado que recuerdo-, tras el desafío separatista catalán dos días antes. Nos decía entonces que “Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles”. Sin duda eran graves aquellas circunstancias tras el desafío de una pequeña parte de nuestro Estado, pero me parece que no son mejores, ni mucho menos, las actuales, que se extienden a la propia esencia del Estado, tras los mensajes continuados de Podemos, Esquerra Republicana de Cataluña y BILDU, principalmente, contra el actual sistema de Monarquía Parlamentaria para sustituirlo por una nueva República de triste recuerdo, que no sólo no encuentran respuesta adecuada desde el gobierno sino que se repiten por algunos de sus miembros y siembran una altísima preocupación en la mayoría de los españoles y que sólo nuestro Rey, como Jefe del Estado y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, puede ayudar a atender y disipar, desde las limitadas -pero claras en mi opinión- posibilidades que se contemplan en la propia Constitución: Artículos 61.1: “El Rey,,, prestará juramento… guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes…”; 62: “Corresponde al Rey… h): “el mando supremo de las FFAA” y, derivado de éste último, el 8: “Las FFAA… tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España…”, una vez que se interpretó el 99.1 de una manera muy restrictiva, siguiendo la tradición de proponer como candidato al representante del partido más votado, algo que no se recoge expresamente en dicho artículo: “…previa consulta con los representantes designados por los Grupos políticos… propondrá un candidato a la Presidencia”.

Continuaba diciendo que aquellas decisiones “han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado”, y no otra cosa que eso puede derivarse de afirmaciones como las que hacía desde Vitoria un diputado de BILDU: “Vamos a Madrid a tumbar definitivamente ese régimen…”, cuyo jefe, el para Pedro Sánchez “hombre de paz” Arnaldo Otegui, afirmaba que “El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección del Estado“, tras la amable invitación del vicepresidente PabLenin Iglesias, que pretende bloquear la renovación del Poder Judicial porque quiere a los dos partidos separatistas extremos, vasco y catalán, en la mesa de negociación.

Añadía después que “es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones” y eso es lo que esperamos muchos españoles de VM, que se dirigía después al conjunto de los españoles “que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza” un mensaje de esperanza ante una situación no más complicada que la actual “Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos”, en un contexto que contaba entonces con un gobierno central, si bien poco contundente en lo político y social, pero que al menos daba confianza al inversor, creaba empleo y tenía crédito internacional, tres cosas desaparecidas hoy.

Terminaba aquel gran discurso que sacó a los pocos días a más de un millón de personas en Barcelona y enardeció a los auténticos españoles de todo el Estado, insisto, la mayoría todavía, aunque desunida por las bien urdidas manipulaciones de la izquierda y sus fieles medios de comunicación -casi todos los de alcance nacional- subrayando “una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España”. Y eso es lo que esperamos esa mayoría de españoles que nos diga el Rey esta Nochebuena en su tradicional mensaje de Navidad, que se pone en “cuarentena” -nunca mejor dicho en estos tiempos de incertidumbre sanitaria, igualmente manipulada por esos extraños poderes que nos quieren llevar a otra realidad- con el mensaje “encriptado” de la vicepresidente Carmen Calvo afirmando que “el rey sabe leer muy bien nuestro país -decir España es superior a sus fuerzas- y estará a la altura de un año muy difícil para trasladarnos la seguridad y tranquilidad que le corresponde como símbolo de la unidad del Estado” y “lo que demandan los ciudadanos” confiando en que la “expertitud” que le caracteriza no haya hecho muchos estragos en el mensaje que había preparado Jaime Alfonsín. Pues eso esperamos, Majestad, que esté de verdad a la altura de las circunstancias, muy graves, que amenazan España tanto en el orden nacional como en el internacional después de las últimas actuaciones y declaraciones de nuestro vecino del Sur.

Por si no leyó la carta que le dirigió el pasado lunes un buen amigo, le facilito el enlace de su publicación, que recomiendo leer a todos los que le preocupe la gravísima situación actual de España, que termina con una petición casi desesperada: “Por favor, Señor, no nos defraude”.

Concluyo con otra recomendación de lectura para SM, aprovechando que se acerca un largo puente y que los días navideños invitan al descanso y a la reflexión y ya que sois Rey por la gracia de Dios. Se trata ahora de la “Carta de Monseñor Carlo María Viganó a la humanidad”, desde el “exhorto” de “No tengan miedo”.
Y ya puestos, expreso un deseo que en un país serio debió ser una realidad con el antecesor socialista del actual “presimiente”, hoy asesor y enviado internacional de la dictadura que ha arruinado Venezuela, y que debería serlo ahora con su clon que no ha dicho una verdad desde que se le recuerda y está hundiendo España, como hizo su antecesor, la aplicación del Art. 102.2 de nuestra Constitución “…la acusación por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado…”.

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