Italia dice que está deteniendo la mayoría de los viajes y las reuniones públicas para tratar de contener el brote. El gobierno italiano extendió ayer lunes por la noche restricciones a los movimientos personales y eventos públicos a todo el país en un esfuerzo desesperado por detener el brote de coronavirus, un conjunto extraordinario de medidas en una democracia moderna que valora las libertades individuales.
El primer ministro Giuseppe Conte anunció en una conferencia de prensa en horario estelar que las reuniones públicas estaban prohibidas y que a las personas se les permitiría viajar solo por trabajo o por emergencias. Esas restricciones se habían colocado en la "zona roja" creada en el norte de Italia, que abarca a unos 16 millones de personas, pero Conte las extendió a una nación entera de 60 millones.
"Todos tenemos que renunciar a algo por el bien de Italia", dijo Conte, diciendo que el gobierno promulgaría normas más estrictas sobre toda la península italiana. Italia ha registrado más de 9,000 infecciones por coronavirus y 463 muertes, más de la mitad del costo para Europa, y las cifras continúan aumentando rápidamente.
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