Tras la tormenta, lo que ha llegado a Estados Unidos no es exactamente la calma, sino un el trabajo monumental de retirar las toneladas de nieve, los servicios de transporte y algunas carreteras en jaque y el lamentable atestado de al menos 25 personas muertas. Varias de ellas han fallecido mientras trabajaban en limpiar las calles durante la nevada. Para Nueva York, ha sido la segunda peor en siglo y medio.
Washington necesitará varios días para regresar a su actividad normal tras una sacudida de nieve que durante 36 horas ha bloqueado 20 estados de la costa oeste con más de 80 millones de ciudadanos. Los más de 60 centímetros de nieve que se acumulan en la mayoría de sus calles han obligado al ayuntamiento a decretar el cierre de los colegios públicos y universidades durante el lunes. La decisión también afecta a las escuelas de la región, en Maryland y Virginia, así como a las oficinas federales. El gobernador de Maryland, Larry Hogan, declaró este domingo que “la vuelta a la normalidad llevará tiempo”.
La red de metro, la segunda con más pasajeros de todo el país, abrirá a primera hora de la mañana y no cobrará por los trayectos, pero solo operará en estaciones cubiertas y no en todas las líneas. Los autobuses de la capital solo circularán en vías consideradas esenciales, y cada media hora entre las 12 y las 5 de la tarde, por lo que la mayor parte de la ciudad seguirá sin transporte público. Los cierres afectan también al Congreso, que ha suspendido toda su actividad hasta el 1 de febrero.
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