Como se esperaba, Donald Trump dominó el primer debate presidencial republicano de ayer jueves, indicando que podría hacer campaña como independiente y reafirmando su polémico plan de levantar un muro en la frontera mexicana para detener la inmigración y derrotar a México en comercio.
“Si no fuera por mi, no estarían ustedes hablando sobre esto [inmigración ilegal]”, declaró Trump durante el debate de dos horas en Cleveland, Ohio – junto con otros nueve candidatos que incluyeron a Marco Rubio y Jeb Bush de la Florida así como Ted Cruz de Texas.
Los 10 aspirantes a la nominación presidencial republicana fueron seleccionados para participar en el debate transmitido por la cadena de televisión Fox por ser los más populares en los sondeos más recientes.
Trump, magnate y celebridad de la televisión, surgió desde el principio del debate como el que más atención atrajo del público, de los periodistas que actuaron como moderadores y de algunos de los otros candidatos. John Kasich, el gobernador de Ohio y uno de los 10 aspirantes en el debate, dijo que Trump había “dado en el clavo” con la frustración de los votantes con la inmigración ilegal.
Bush, que habla perfecto español y cuya esposa nació en México, dijo que el control fronterizo debe mejorar y que las ciudades estadounidenses que dan “santuario” a indocumentados deben abandonar esas políticas.
Trump, el primero en hablar, dijo que no podía prometer que apoyaría a ninguno de los otros candidatos en caso de no obtener la nominación republicana, indicando que era posible que lanzara una candidatura independiente.
Trump subió en las encuestas convirtiéndose en el candidato más popular luego que en su discurso del 16 de junio, cuando anunció su candidatura, acusara a inmigrantes mexicanos de ser delincuentes y violadores sexuales.
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