Dentro de su intelecto vibra la ricura cultural de su cuna natal Bogotá (Colombia) y lo absorbido durante el proceso de aprendizaje desde que llegó a la Isla en 2004. El baterista Gerson Orjuela desarrolla la propuesta musical de la mano sólida de dos culturas con una amplia gama de posibilidades. Por circunstancias ajenas, llegó a Puerto Rico, donde trazó un camino con norte, rumbo hacia el pentagrama musical.
“Llegué a Puerto Rico en 2004 porque mi padre es pastor protestante y vino a dirigir una iglesia en la Fernández Juncos en Santurce”, explicó Orjuela. “Aunque al principio fue un choque cultural un algo difícil, lo asimilé y me reencontré bastante bien y bastante rápido. Más tarde, pasé a estudiar filosofía en la Universidad de Puerto Rico (UPR), esperando la oportunidad de entrar al Departamento de Música. Durante ese andar conocí acerca del Conservatorio de Música, fui a una audición y luego entré en el año preparatorio bajo la tutela del maestro y baterista Fidel Morales”, dijo Orjuela mientras resaltó lo agradecido que está del profesor. “Todo lo que sé, se lo debo a él. Me enseñó a tocar…”.
En adición, Orjuela elogió a otros profesores como Luis Marín, Brenda Hopkins y Luis Rosa por el compromiso, y dedicación de transmitir e impartir conocimientos.
¿Cómo un baterista con pensamientos roqueros emerge de las profundidades y se convierte en un apasionado del jazz?
“Pues no sé”, dijo mientras dio unas palmadas. “Entré al conservatorio porque quería estudiar música, pero aun no sabía realmente lo que quería. En ese momento en que llegué al Departamento de Jazz, tengo que admitir que no entendía nada del género. Quería tocar rock, por mi gusto del heavy metal. Pero había conspiración para otra cosa”.
El duro impacto con el jazz llegó cuando escuchó el tema ‘A love supreme’ de John Coltrane, lo que explicó, dio un giro total a sus pensamientos sobre el género. Abrió su mente a nuevos rumbos inimaginables dentro de la música y se entregó al espacio de pensar con detenimiento en el género.
“Vi que el género entregaba un especio maravillosos para expresar emociones musicales y también vi como crea una conexión mágica en los músicos. Eso me cautivó”.
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