Las medidas migratorias que el Gobierno de Alemania ha presentado un informe, pone sobre la mesa el aumento de la inmigración de rumanos y búlgaros, un fenómeno sobre el que el ministro del Interior, Thomas de Maiziere, ha abogado por "tomar medidas" para evitar que termine convirtiéndose en un "problema" a gran escala.
El Gobierno de Merkel se garantiza que no puedan beneficiarse del sistema social del que goza el país. La libre circulación de la Unión Europea se cierra para Rumanía y Bulgaria pero también para el resto de inmigrantes españoles que se fueron en busca de un futuro mejor.
Habrá un endurecimiento de las condiciones para acceder a determinadas condiciones que se prestan a los inmigrantes, como un límite de seis meses para encontrar trabajo. El Ejecutivo alemán, una 'gran coalición' compartida entre la Unión Democráta Cristiana (UCD) de Angela Merkel y el Partido Social Demócrata (SPD), ha insistido en la necesidad de defender el sistema de bienestar frente a posibles abusos.
El fin de las restricciones para los viajes de los ciudadanos de Rumanía y Bulgaria, países de la Unión Europea, ha puesto en alerta a varios Estados que temen una entrada masiva de inmigrantes. Según De Maiziere, unos 75.000 rumanos y búlgaros llegaron a Alemania el año pasado y en 2014 las cifras previsiblemente se duplicarán.