El expresidente estadounidense Bill Clinton lamentó que el crecimiento económico de los últimos años se concentre en la minoría de los más ricos del país y urgió que la política nacional vuelva a ser inclusiva.
El demócrata Clinton, que gobernó entre 1993 y
2001, hizo tal declaración en la Cumbre de Derechos Civiles en Austin
(Texas), que celebra el medio siglo de historia de la ley que prohibió
la discriminación por razones de raza, género, religión y origen en
EE.UU.
"Las estadísticas muestran un crecimiento, pero la
gran mayoría de este va a la cima del 10 %, o incluso del 5 % o del 1
%, de todos nosotros", indicó el exmandatario.
Para Clinton, esas condiciones económicas crean
"un freno extremo al crecimiento a largo plazo y al bienestar social",
porque considera que el país funciona mejor cuando la prosperidad se
comparte entre el máximo de ciudadanos.
"En cuanto más compartimos la prosperidad, más
oportunidades creamos para los otros para ser millonarios y
multimillonarios", precisó.
En ese sentido, el expresidente aseguró que los
ingresos medios reales por familia en Estados Unidos se encuentran por
debajo del nivel en el que se situaban cuando dejó la Casa Blanca en
2001.
Añadió que esas condiciones económicas conforman una tendencia internacional.
"En todo el mundo hay recortes de puestos de
trabajo, particularmente agudos entre los jóvenes", subrayó el
exmandatario demócrata.
Cincuenta años después de la ley en favor de la
equidad, Clinton considera que las desigualdades económicas de hoy en
día dañan el trabajo conseguido por los líderes comunitarios, activistas
y políticos vinculados al movimiento de los derechos civiles a lo largo
de los años.
"Me preocupa que la gente se despierte y piense que el día de mañana será como el día de ayer", explicó.
Añadió que "el gran heroísmo del movimiento de
derechos civiles residió en toda esta gente que literalmente quería dar
su vida porque creía que el mañana podía ser diferente de el ayer".
Clinton advirtió de que todavía hay mucho trabajo
por recorrer en términos de igualdad de oportunidades y recordó que en
la política ni hay "victorias finales" ni "misiones completadas" porque
la aspiración es perfeccionar el país.
El expresidente fue más allá e señaló ciertos asuntos nacionales en los que ha detectado un retroceso.
Se refirió a las leyes de identificación electoral
que, en estados como Texas, donde pronunció el discurso, pueden
dificultar que algunas minorías étnicas y sociales voten sin problema.
"De repente, aparecen todas estas nuevas trabas
para votar. Todos sabemos lo que es esto. Esto es una manera de
restringir una licencia tras cincuenta años expandiéndola", sentenció.
En referencia a la marcada división entre
demócratas y republicanos en Washington, insistió en su defensa de la
"política inclusiva" y recriminó actitudes "radicales" en grandes temas
nacionales como la reforma migratoria, encallada en el Congreso
estadounidense.
"Este es el mal camino para nosotros. Es malo para
nosotros decir 'bien, sabemos que necesitamos una reforma migratoria,
pero no queremos hacerlo porque esto provocaría que hubiera demasiados
votantes nuevos", reprochó en alusión al Partido Republicano sin
nombrarlo.
La Cumbre de Derechos Civiles se celebra hasta el
jueves en la biblioteca presidencial Lyndon B. Johnson de Austin
(Texas), ya que fue el presidente que promulgó en julio de 1964 la ley
que acabó con la discriminación en Estados Unidos.
EFE