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miércoles, 23 de octubre de 2013

NUEVO MILLONARIO DE LA LOTTO ¿DONDE ESTAS? Misterioso el nuevo millonario

 Será suerte o el misticismo que tiene la ciudad bruja, pero lo cierto es que este municipio amaneció ayer con un nuevo millonario a quien algunos definen como un hombre que viste de blanco.
Unos dicen que el afortunado es un enfermero, otros aseguran que es un médico, pero todos coincidían en que el misterioso millonario es un profesional de la salud.
Y el enigma aumentaba al conocerse que nadie acudió ayer a reclamar el millonario premio que hubiera puesto a correr a cualquiera para redimirlo de inmediato.
Los guayameses estaban alborotados con la noticia de que uno de sus compueblanos fue el agraciado con los $24 millones del sorteo de la Loto, vendido en el supermercado Pueblo mediante jugada automática.
Nilda Valdés fue una de las muchas personas que al levantarse ayer y enterarse de que el ganador compró el boleto en ese supermercado corrió a revisar sus jugadas a ver si era la dichosa millonaria al pegar los seis números, cantidad que debía acertar para ganar. 
La frustración, tal vez la misma que comparte gran parte del país, no tardó en dibujarse en el rostro de doña Nilda. “No me gané nada”, dijo la mujer quien solo pidió al ganador que le salde el carro.
Aliciente en medio de pobreza
¿Quién se ganó los $24 millones? Esa era la gran pregunta que se hacían algunos vecinos de este municipio. Y es que tener un ganador de la loto era posiblemente el hecho noticioso más llamativo en una región que hasta ayer producía principalmente notas sobre pobreza, desempleo y poco desarrollo económico. Probablemente a eso se deba el que se denomine a esa región sureste del país como “la ruta del hambre”.
“No soy yo”
No faltó el que ubicó el agraciado millonario en Patillas, otros en el barrio Olimpo de Guayama. Algunos comentaban que es de la barriada Marín.
“Hoy está trabajando en el hospital Santa Rosa”, comentó un joven frente al supermercado, pero evitó ser identificado.
Los insistentes rumores de que se trataba de un enfermero fueron rechazados por los empleados del hospital.
“No soy yo”, dijo la enfermera Gary Anaya, quien tomó como una broma las expresiones que apuntaban a que el ganador fuera uno de sus compañeros de trabajo. “De aquí no es. Hasta ahora aquí nadie ha gritado”, aseguró la enfermera.
“Yo no soy la afortunada”, insistió.
La enfermera Sandra Cotto, otra empleada del hospital, aseguró que si el agraciado hubiese sido uno de sus compañeros de trabajo “no hubiese venido a trabajar”.
Cuando se le preguntó qué le gustaría que le regalara el nuevo millonario, la mujer respondió: “Me hubiese gustado ser yo quien se lo ganara”.
La historia del misterioso millonario también era comentada por un grupo de enfermeras reunidas en una oficina del hospital. ¿Algún compañero suyo se hizo millonario?, se les preguntó. “Yo sé que yo no fui”, dijo una de las enfermeras arrancando carcajadas de sus compañeras.
No faltó el adivinador
Y en la ciudad bruja no faltó el que habría pronosticado que el boleto ganador se vendería en Guayama.
Tal fue el caso de don Melvin Cruz, quien confesó que nunca juega Loto, pero el miércoles decidió hacer dos jugadas.
“Yo sabía que iba a caer en Guayama, por eso jugué”, enfatizó convencido en su premonición. “Y yo nunca juego”, aclaró el hombre de 67 años de edad.
¿Por qué lo sabía? ¿Tiene que ver con lo de ciudad bruja?, le preguntó este diario. “Aparentemente... Yo que nunca juego esta vez me dio con jugar dos veces”, enfatizó tras haber perdido los dos dólares probando su suerte.
Sin embargo, aunque dice que un rayo no cae dos veces en el mismo lugar lo cierto es que esta no es la primera ocasión en que ese supermercado reparte un premio.
Ángel Brenes Madera, subgerente del supermercado, dijo que en abril pasado uno de sus clientes fue el agraciado ganador de un premio de $25,000 del IVU Loto, pero desconoce si fue reclamado. Sí anticipa que reclamarán los $24 millones de la Loto.
Brenes Medina, quien no sabía el día ni la hora en que vendieron el boleto ganador, informó que para cada uno de los sorteos venden un aproximado de $2,000 en boletos.
Le piden neveras y carros
Los guayameses no sabían en manos de quién estaba el boleto ganador, pero muchos no dudaron en identificar el regalo que le gustaría recibir del millonario.
Marta de Jesús, también del barrio Olimpo, donde se asegura que vive el afortunado, pidió de regalo una nevera. Juan Rodríguez le pediría “par de pesos” para entregarselos a sus hijos.
Miriam Beaubraith, también del barrio Olimpo, le envió como mensaje: “Que comparta un poquito de esa suerte con los que menos tienen”, pero no dudó en expresar que si deseaba hacerle un regalo a ella que fuera “un carrito nuevo”.
Mientras, María Dolores Questell, otra residente del barrio Olimpo que ayer visitó el supermercado Pueblo, le pidió al millonario “que los sepa usar”. Le aconsejó que, antes que el dinero, procure mucha salud.
Si el millonario le fuera a hacer un regalo ¿qué le gustaría?, se le preguntó a doña Dolores. “Tengo mi casa. Yo no se guiar, que se los dé a otro que lo necesite más que yo”, respondió.
Sin embargo, Antonio Ortiz, quien esperaba sentado en un andador a la entrada del hospital, no tuvo reparos en decir qué le gustaría recibir del nuevo millonario.
“Me gustaría que me ayudara a conseguir un riñoncito”, dijo el paciente renal.