El dato, aflora en medio de la controversia
nacional e internacional por la decisión la semana pasada del Tribunal
Constitucional (TC) de ratificar un artículo de la constitución
dominicana en el que se establece que los hijos de extranjeros ilegales o
en tránsito, no tienen derecho a la nacionalidad dominicana.
Los 210.000 dominico haitianos, tienen origen de
nacimiento en el país caribeño y son hijos de padres y madres haitianos,
pero debido a la enorme cantidad de nacionales de Haití que viven en la
parte Española de la isla, es difícil establecer quiénes estaban en
situación legal y quiénes no en el momento de declarar a sus hijos e
hijas nacidos en territorio dominicano.
El propio Director General de Migración, doctor
José Ricardo Taveras Blanco admitió el pasado viernes durante una
comparecencia ante medios locales en el Consulado General de Nueva York,
que el estado dominicano, le debe una "mea culpa" a la sociedad por no
haber hecho un registro de extranjería, contemplado en un acuerdo
migratorio bilateral entre los gobiernos de ambos países en 1929 y
ratificado en 1939.
"El problema y la realidad es que ese registro, nunca se hizo", agregó Taveras Blanco.
Los haitianos se dedican a trabajos en campos
cañeros, agrícolas, construcción, a vender artículos y productos en las
calles e incluso en gobiernos del doctor Leonel Fernández, fueron
empleados por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones para
trabajar en obras estatales y hasta en la primera línea del Metro Santo
Domingo.
Ancestral existe un odio histórico entre los
nacionales dominicanos y haitianos que grupos progresistas de defensa de
los derechos de los primeros, achacan a "historiógrafos" al servicio de
la oligarquía y ubican entre ellos voceros de los llamados
"ultranacionalistas".
Los haitianos, han sido víctimas de asesinatos,
linchamientos, quemas de sus casuchas, persecución no oficial y se
documenta la masacre de 1937 ordenada por Trujillo para exterminarlos en
la franja fronteriza al Noreste de la República Dominicana.
El río que divide ambos países por ese lado, lleva
el nombre de "Masacre" en memoria a las víctimas de la matanza, cuyo
número se alega ha sido históricamente manipulado.
Pero a pesar de ese odio, los haitianos son
utilizados por sectores que además de oficiales, controlan grandes
porciones de sembradíos agropecuarios, construcción privada y en
empresas corporativas, donde son explotados ganando míseros salarios.
La situación de esos inmigrantes en los bateyes de
cañaverales, es harto conocida y denunciada por redes de defensa y
organismos internacionales de derechos humanos.
En ese contexto, la profesora Roxanna Althoz,
catedrática en la Escuela de Leyes y Derechos Internacionales de la
Universidad Berkely en California, dijo que está preocupada por la
decisión del TC contra los haitianos descendientes de dominicanos.
"La República Dominicana tiene una cultura muy
profunda y arraigada de racismo violento contra los haitianos y los
dominico haitianos", expresó la catedrática.
"Nos preguntamos si después de esa decisión, habrá
expulsiones sumarias de haitianos y dominico haitianos o cómo el
gobierno va a aplicar la sentencia", agrega Althoz.
Se preguntó si también habrá redadas masivas por parte de las autoridades migratorias.
Las autoridades rechazan las críticas en el plano
local y la esfera internacional, diciendo que "lejos de permanecer en el
limbo, los dominico haitianos recibirán por primera vez un estado de
identidad definida" en referencia a un estatus, que según explicó el
director de migración en Nueva York, será temporal.
En tanto, el Ejército Nacional a cargo de los
arrestos y deportaciones de haitianos, dijo que ha repatriado a 47.000
nacionales haitianos en el último año, cifra que es casi el doble de los
21.000 deportados el año anterior.
Por su parte, el investigador haitiano
naturalizado estadounidense Edwige Danticat lamentó la decisión del TC
contra sus compatriotas, señalando que es penoso que ese tribunal
conmemore con la medida los 76 años de la masacre en octubre de 1937.
Hasta el 2010, el gobierno dominicano otorgaba la
ciudadanía a todo extranjero nacido en su territorio, pero la nueva
constitución aprobada ese mismo año, establece lo contrario y es lo que
los funcionarios aseguran ratificó el TC.
La Carta Magna también exige que para ser dominicano, al menos de los dos padres debe tener esa nacionalidad.
El profesor Jorge Duany, profesor de antropología
de la Universidad de La Florida, dijo que el impacto de la decisión del
TC podría ser verdaderamente catastrófico, "porque se está
estigmatizando a toda una población en Haití".
Duany es especialista en estudios sobre la inmigración de dominicanos y haitianos en El Caribe.