Una clínica de Tokio (Japón) está recurriendo a caracoles vivos para realizar un tratamiento de belleza.
Señalan que la piel se rejuvenece debido a las propiedades de sus babas.
Las babas tienen una mezcla de proteínas, antioxidantes y ácido hialurónico que permite que el rostro retenga humedad y retira la piel muerta.
Esta es la última moda en japón y cuesta más de 200 euros la sesión de una hora.