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jueves, 6 de junio de 2013

Recomendaciones para no fumar y eliminar manchas


Además de los riesgos más conocidos y peligrosos del tabaco, como consecuencia de su adicción, hay otros motivos que lo hacen un riesgo para nuestra imagen.
Los fumadores habituales son reconocidos por tener manchas amarillentas en los dientes y también dificultades progresivas para eliminar el olor del cigarrillo a su alrededor y en su aliento.
Aunque la nicotina sea el mayor mal del tabaco, ya que nos engancha a él, no causa las manchas oscuras en los dientes, dedos y uñas ni el tono amarillento que los impregna.
 La nicotina no tiene color, pero en cambio sí lo tiene el alquitrán que contiene la brasa del cigarrillo.
Varios remedios naturales se basan en hacer gárgaras o humedecer las manos en agua con zumo de limón y sal, debido a que el fruto tiene propiedades que destiñen y la sal tiene un efecto exfoliante.
 Otra opción es frotar sobre la dentadura el interior de una fresa o de una naranja, o impregnarla de vinagre de manzana, puesto que tienen un efecto blanqueador.
Aquellos no fumadores que vivan con personas que sí lo son también padecerán el efecto de las manchas en el mobiliario de la casa: las cortinas, las paredes y las superficies externas de los muebles pueden fácilmente oscurecerse debido a estar constantemente sometidos al humo del tabaco.
Para estos casos se recomienda limpiar las superficies con mezclas de agua caliente con amoníaco, bicarbonato o con productos limpiadores que contengan peróxido -este último también puede servir para limpiar los dientes en lugar de la pasta tradicional-, aunque lo más probable es que en el caso de paredes muy desgastadas por humo constante lo más fácil sea contar con una nueva capa de pintura.
Al igual que con las manchas, eliminar el olor de tabaco en el aliento es progresivamente más difícil, ya que en las personas que fuman todos los días, el problema se agrava y la solución es cada vez menos efectiva. Los malos alientos tienen su origen en la lengua, donde se adhieren los olores, por lo que limpiar la lengua a conciencia cuando nos cepillamos los dientes debe ser fundamental.
 Otras ayudas caseras -además de productos dentales que lleven a cabo una limpieza más profunda- son masticar hojas de menta o perejil y beber más agua de la habitual, ya que una boca seca es más propicia a tener un mal aliento.
 Los caramelos y chicles pueden ser ayudas puntuales, aunque es más efectivo limpiarse los dientes cada vez que se ha fumado.