"Si
hubiera vivido dentro del sistema, no estaría aquí ahora",
señaló Redford, para quien instalarse en las montañas, lejos de las
tentaciones de Hollywood e incluso de Nueva York, es lo que le ha
permitido preservar su forma de ver el cine.
"Es
importante mantener las distancias y mantener separada la vida personal
de la profesional", afirmó Redford en la presentación en Cannes de un
filme en el que es el único actor, un hombre que realiza una travesía en
solitario en un velero en el Océano Índico, segundo largometraje de
J.C. Chandor, tras "Margin Call".
Un ejemplo de
cine independiente, un sector que siempre ha estado en una situación
complicada, "pero especialmente ahora", afirmó Redford, quien consideró
que en estos momentos se está produciendo un gran cambio en el cine que
"no es precisamente a favor de los artistas".
Pero
en su opinión, no importa qué tipo de historia se ruede, sea grande o
pequeña: si tiene humanidad, funciona, como es el caso de "All is lost",
un filme que fue un enorme desafío para Redford y que, con la distancia
del lugar en el que se desarrolla y los más de 40 años pasados, trae a
la memoria "Jeremiah Johnson", de Sydney Pollack, presentada en
competición en Cannes en 1972.
Redford cambia las montañas por el mar para una película que le supuso un enorme desafío.
Sin
experiencia de navegación, el actor se metió en el proyecto por ese
desafío que suponía. Estaba solo, sin nadie alrededor, y físicamente era
complicada, sobre todo porque Redford se ofreció a hacer sin doble
algunas escenas de acción. "Creí que era bueno para él (el director,
Chandor) y para mi ego. Fue un terrible error", recuerda con honestidad.
Una
experiencia similar a la que experimentó cuando interpretó a Jeremiah
Johnson. Empezó como una diversión y se convirtió en algo personal y muy
exigente en lo físico.
"Pero ahora estoy al
final del camino, y esto era un desafío especial. No pensé en cómo podía
hacerlo; simplemente, lo hice", agregó.
Un
largo camino en una carrera de actor que empezó en 1960 y que no tiene
intención de interrumpir. "La presión para ser director y actor al mismo
tiempo es enorme y me encanta, pero también me gusta de vez en cuando
sólo actuar", una tarea más simple.
"Actuar me
gusta mucho y espero poder seguir haciéndolo", dijo Redford, cuyo
próximo trabajo será una participación en el filme sobre el Capitán
América, mientras continúa con la expansión del Festival de Sudance, que
fundó en 1981 y acaba de estrenar su último filme como director, "The
Company You Keep".
Multitud de proyectos para
una mente inquieta como la de Redford, muy comprometido siempre con su
trabajo, pero también con la política o con el medioambiente.
"América
se mueve de un lado a otro, y en ese movimiento se pueden perder
cosas", dijo el actor, que aseguró que se tomó a su país muy en serio
cuando se convirtió en artista.
Y ahora está
fascinado con un mundo en el que la tecnología hace que todo vaya más y
más rápido. "Me pregunto cuánto tiempo va a pasar hasta que todo
estalle".
Una situación con la que contrasta
"All is lost", en la que no hay nada más que un hombre en lucha contra
la naturaleza para sobrevivir. "Puede ser una contraposición con todo el
ruido que hay en mi país y que confunde a la gente", reflexionó,
entornando los ojos, con un café en la mano y vestido con una sencilla
camisa azul y vaqueros.
"Creo en el valor del
silencio en el cine y también en la vida; hay muchas conversaciones
alrededor, puede que demasiadas", y en el caso de este rodaje le forzó a
estar completamente dentro de su papel. "Como actor -agregó Redford-
fue realmente estupendo dejarte llevar totalmente por la película y
sentirte libre".
Sin monólogos ni voz interior,
Chandor construye un filme en el que el protagonista, que no tiene ni
nombre, parece perdido en el primer minuto, cuando un "flashback" nos
recuerda cómo ha llegado a esa situación sin salida.
Para el filme, el director pensó casi desde el principio en Redford, aunque tardó en pedirle que se involucrara en el proyecto.
Lo
hizo tras presentar su opera prima en Sundance y después de darse
cuenta de que el actor podía representar el "símbolo icónico" de la
generación de sus padres, los nacidos antes, durante y tras la Segunda
Guerra Mundial.
"Una generación muy grande y
que ha hecho mucho por mi país. Yo pertenezco a una generación pequeña",
lo que hace que haya pocos "que miren hacia esa generación tan
increíble", afirmó Chandor. EFE