“La presión arterial alta es una condición
tratable y se puede prevenir mediante cambios en el estilo de vida,
sobre todo a través de la reducción del consumo de sal y la realización
de ejercicio físico”, afirmó el asesor regional en enfermedades
cardiovasculares de la Organización Panamericana de la Salud/
Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), Pedro Orduñez, en el marco
del Día Mundial de la Hipertensión, que se observa el 17 de mayo.
La disminución de la ingesta de sal en la
población es la intervención de salud pública más costo-efectiva para
reducir la hipertensión. La OPS/OMS recomienda consumir menos de 5
gramos de sal -ó 2.300 miligramos de sodio- al día. Sin embargo, en las
Américas el consumo de sal es el doble: asciende a casi 11 gramos en la
mayoría de los países.
Aunque en la preparación y al comer las personas
agregan sal a las comidas, una gran parte del consumo de sodio proviene
de los alimentos procesados, envasados y listos para consumir, explicó
Branka Legetic, coordinadora interina del proyecto de Prevención y
Control de Enfermedades Crónicas de la OPS/OMS y encargada de la
Iniciativa de Reducción de Sal. Evitar este tipo de alimento, y
privilegiar los naturales, frescos y los libres o bajos en sodio,
resulta una de las opciones que el consumidor puede tener en cuenta.
Sin embargo, la hipertensión –presión arterial
igual o mayor a 140/90- no es sólo consecuencia de comportamientos
personales. La reducción de la presión arterial alta en la población
requiere la creación de ambientes que faciliten una alimentación
saludable.
“Es esencial la participación de todos los
sectores de la sociedad. Los parlamentos pueden adoptar leyes para
proteger la salud de sus poblaciones y los gobiernos pueden fortalecer
el trabajo de sus autoridades regulatorias y promover incentivos para la
creación de ambientes saludables en escuelas. Las empresas e
instituciones gubernamentales pueden ofrecer alimentos con menos sodio
en sus comedores, y la industria alimentaria tiene la responsabilidad de
reformular productos para disminuir la sal”, ejemplificó Orduñez.
Agregó que “no menos importante es el rol de la
sociedad civil, que puede abogar por políticas públicas saludables y
vigilar que se cumplan las regulaciones establecidas”.
Este año, el Día Mundial de la Salud, que se
celebró el pasado 7 de abril, estuvo dedicado a la hipertensión. La OMS
hizo un llamamiento para intensificar los esfuerzos encaminados a
prevenir y controlar la presión arterial alta, principal factor de
riesgo para muertes por enfermedades cardiovasculares. Se estima que en
el mundo esta enfermedad afecta a más de uno de cada tres adultos de 25 o
más años: unos mil millones de personas.
Leer las etiquetas
Muchas personas de la región pueden comer mejor al
elegir productos con menos cantidad de sodio. Leer y comprender el
contenido de las etiquetas es importante para conocer los datos
nutricionales y la cantidad de sal que contienen, información que muchas
veces no es evidente.
Especialistas recomiendan comparar los valores de
la tabla nutricional y seleccionar aquellos productos cuyo valor diario
de sodio sea inferior a 15%.
Entre los alimentos que contienen más sal en las
Américas figuran el pan y otros productos de panadería, los cubos de
sopa, cárnicos procesados, embutidos, quesos, comidas preparadas y
enlatadas, sopas, snacks -como papas fritas- y salsas.
Qué hacer y qué no hacer para reducir la sal en la dieta
Qué hacer:
- Comprar y comer más alimentos frescos, especialmente frutas y hortalizas
- Comprar y comer alimentos procesados con bajos
niveles de sal o de marcas con los porcentajes de sodio más bajos en la
etiqueta (menos del 15%)
- Usar especias sin sal para hacer las comidas más sabrosas
- Agregar menos sal a la comida en restaurantes y solicitar el agregado de menos sal en los alimentos
- Usar menos salsas en las comidas
Qué no hacer:
- No comprar o comer alimentos cuyo contenido se sodio –señalado en la etiqueta- sea superior al 15% de valor diario recomendado
- No comprar alimentos que se sabe tienen alto contenido de sal
- No agregar sal durante la preparación y cocción de las comidas ni en la mesa