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miércoles, 7 de noviembre de 2012

MITT ROMNEY - concede la derrota y desea "éxito" al presidente

Pasadas las once de la noche tras el cierre de las urnas en los estados del oeste, todos los principales canales de televisión proyectaron la reelección de Barack Obama.

 
Pero en Boston, en el cuartel electoral del republicano Mitt Romney, su campaña se resistió por el momento a aceptar la derrota, alegando que el resultado en Ohio todavía estaba muy cerrado y faltaban votos por contar. No habría discurso de concesión aún, aunque en todo el país, ya los partidarios del Presidente celebraban.

Casi dos horas después, sin embargo, se reportó que Romney había llamado al presidente para felicitarlo y el republicano se dirigió a sus seguidores y al país para conceder la derrota.

Era la 1 de la mañana cuando Romney salió solo al escenario ante el aplauso de sus seguidores más cercanos y con una sonrisa resignada anunció que Obama era el ganador.

"Acabo de llamar al Presidente Obama para felicitarlo. Sus partidarios y su campaña también merecen una felicitación", dijo Romney. "Este es un momento de grandes desafíos para los Estados Unidos y rezo para que el Presidente tenga éxito en guiar a nuestra nación".

Agregó su agradecimiento a su campaña, a su compañero de fórmula Paul Ryan y a su esposa Ann. "Hubiera sido una maravillosa primera dama".

El último de discurso político de Romney fue corto y positivo, y con él, terminó una carrera de más de 6 años por la presidencia, que comenzó cuando el empresario republicano dejó la gubernatura de Massachusetts.

Horas antes, el final de fotografía en estados claves mantuvo el suspenso a lo largo de buena parte de la noche en todo el país por la cerrada decisión en estados clave como Ohio, Florida, Virginia y Carolina del Norte donde el conteo revelaba competencias cabeza a cabeza. No obstante, los votos del colegio electoral para Obama se iban acumulando y poco a poco, comentaristas del conservador Fox news iban mostrando mayor pesimismo, hasta que uno de ellos, Charles Krauthammer, dijo que las posibilidades de Romney eran "infinitesimales".

En el Centro de Convenciones de Boston, donde desde temprano se preparaba la fiesta de la victoria del republicano Mitt Romney, la tensión estuvo al máximo durante toda la tarde y los que iban llegando al Gran Salón donde debía hablar el candidato, observaban nerviosamente las grandes pantallas donde los periodistas de las principales cadenas contaban votos electorales.

Hacía horas que el estado de Massachusetts, donde vive Romney y del que fue gobernador había sido cantado para el Presidente Obama, como se esperaba. Romney también ganaba otros estados usualmente republicanos y logró arrancarle a Obama el estado de Indiana, que el demócrata logró en 2008. Pero los eternos indecisos Ohio y Florida, dos de los premios gordos, seguían sumando votos a cuentagotas, demasiado cerrado el resultado para definirse.

El camino recorrido por Mitt Romney para llegar a esta noche fue demasiado largo para rendirse sin haber contado hasta el último voto, aunque los expertos en números, votos y tendencias geográficas ya habían hablado: la vía hacia los 270 votos electorales era prácticamente imposible para el republicano.

Los comunicados de la campaña de Romney se suspendieron a media tarde. El ambiente era sombrío y los pocos personeros del candidato republicano que se paseaban fuera de las zonas restringidas a la prensa (donde se reúnen los más íntimos de la campaña) portaban caras largas.

A diferencia de lo que ocurría en Chicago, en Boston no hubo multitudes en las calles ni afuera de la fiesta del candidato, esperando resultados, aunque había algunos paseantes sacando fotos de las cámaras apostadas en las afueras.

"Vine a ver si había celebración", dijo Terry Akin, una mujer que se auto definió como una "republicana independiente". Cuando estaba en el taxi en camino al lugar escuchó por la radio que Obama estaba ganando. "Creo que me voy a regresar por donde vine", comentó.

Las proyecciones de la encuesta Impremedia/LAtino Decisions y de otros medios, así como los comentaristas de todos los medios princiales, tuvieron el voto latino en la boca toda la noche: un resultado tras otro demostraba grandes mayorías, proporciones récord de voto latino por OBama y los demócratas. Se hablaba de la falta de diversidad en el esfuerzo electoral de Romney y de su postura en inmigración como posibles culpables.

David Johnson, un consultor republicano que trabajó en la campaña de Bob Dole en 1996, dijo que (si Romney termina perdiendo) (la derrota de Romney) refleja el alejamiendo del partido republicano de la población latina votante a la que en esta ocasión no cortejaron efectivamente con excepción de una campaña obviamente intensa por los votantes de la FLorida.

"Creo que esto significa que el próximo candidato presidencial republicano tiene que se alguien que cambie esta situación, que sea capaz de apelar al voto latino", dijo Johnson. "Puede ser Jeb Bush, puede ser otro, pero necesitas a alguien que puede unir a los conservadores y llegar a los latinos.

La campaña primaria republicana fue una larga e intensa lucha en la que varios candidatos tuvieron la delantera en diferentes momentos de la contienda: la congresista y lideresa del Tea Party Michelle Bachmann, el gobernador de Texas Rick Perry, el empresario de la pizza Herman Cain, Newt Gingrich, el ex presidente de la Cámara de Representantes durante los años de Bill Clinton.

Al final, el último candidato que quedó en pie contra Mitt Romney fue el ultra conservador católico Rick Santorum, ex gobernador federal, demostrando la resistencia del movimiento del Tea Party y grupos ultraconservadores a la candidatura de Romney.

A lo largo de la campaña general, Mitt Romney fue acusado por cambiar de posición en temas de importancia. En temas como inmigración, Romney jugó al flanco más radical de su partido, apoyando propuestas como la "auto deportación de los indocumentados" y asegurando en un debate que la Ley de Arizona debería ser un "modelo para la nación".

Progresivamente, en la contienda general, Romney fue moderándose en el tema, y aunque acusó al presidente Obama de no cumplir su promesa de reforma migratoria y presentó algunas ideas para acelerar la inmigración de familiares de residentes permanentes, nunca apoyó la idea de legalización de indocumentados.

Esa posición, que le ganó la primaria republicana a Romney, puede muy bien haberle costado la presidencia del país.