Aunque lleva 16 años en Florida, Ramírez sostiene que no dejará de estar pendiente de los resultados para el puesto de gobernador y el plebiscito local sobre el status de la Isla.
“Todo lo que pase allá nos duele”, dijo Ramírez, quien afirmó que si pudiera votar en la Isla, apoyaría la estadidad y le daría una oportunidad al candidato popular a gobernador, Alejandro García Padilla.
En Florida, dijo, ejercerá su voto a favor de la reelección del presidente Barack Obama. Como jubilada, le ofendieron las expresiones del republicano Mitt Romney en las que mantuvo que los que dependen de programas gubernamentales no quieren tener la responsabilidad de encargarse de sus vidas. “(Romney) no sabe lo que es tener necesidad”, indicó Ramírez.
Los estrategas de las campañas presidenciales en la Florida Central destacan que una de las tareas inconclusas es vincular a los boricuas recién llegados de la Isla con el debate político en este país.
“No voy a votar”, dijo una boricua que no quiso identificarse, pero que admitió que si fueran las elecciones en la Isla, definitivamente saldría mañana a ejercer su derecho al voto.
Como Ramírez, el matrimonio de Santos Acevedo y Carmen Baerga –quienes llevan 29 y 64 años, respectivamente, viviendo en Estados Unidos– tienen un ojo en el proceso electoral de la Isla, tras votar el lunes pasado por adelantado por el presidente Obama.
“Siempre bien pendientes”, dijo Baerga, quien como su marido simpatiza con el gobernador Luis Fortuño, pero apoya la continuación del Estado Libre Asociado (ELA), pues “ya Puerto Rico es así y sabemos lo que significa”.
Juan Sánchez Rivera reside en Kissimmee desde hace cinco años, tras jubilarse en la ciudad de Nueva York.
Si pudiera votar en la Isla le daría su apoyo a Fortuño y se expresaría a favor de que Puerto Rico fuera el estado 51. “Puerto Rico necesita un cambio drástico”, sostuvo Sánchez Rivera.
Stephanie López, empleada de una institución bancaria y nacida en Nueva York, visitó Puerto Rico recientemente por vez primera. “Vi las caravanas”, dijo, toda una novedad para ella.
López sostuvo que nunca ha estado pendiente a los asuntos políticos de la Isla, pero piensa que en términos de sus relaciones con Estados Unidos, “Puerto Rico se debe quedar como está”.