A las 01.46 horas de la madrugada del sábado el capitán del 'Costa Concordia', Francesco Schettino, recibió la enésima llamada de emergencia de la Capitanía del puerto. Un oficial, a voz en grito y alterado le pregunta: "¿Qué quiere hacer capitán, irse a casa?". "Hemos abandonado el barco", confiesa Schettino, que se retracta segundos después aumentando la confusión de los últimos momentos del naufragio.
Las conversaciones telefónicas de emergencia, publicadas por el rotativo 'Corriere della Sera', retratan la actitud del 'Capitán a la fuga' del crucero accidentado el sábado frente a la isla Giglio. Cuando la Guardia Costera le informa de que "ya hay cadáveres", el máximo responsable de la seguridad de los miles de viajeros responde que "cuántos". Al otro lado de la línea, el oficial, con tono indignado, sólo acierta a decirle que esa información "debería dármela usted".
Schettino recibe la primera llamada telefónica de la Capitanía a las 00.32 horas. Según algunos testimonios de los supervivientes, para ese entonces el capitán ya estaba a salvo fuera de la nave. Le preguntan que cuántas personas quedan todavía abordo y responde que unas 300. Sin embargo, los distintos testimonios ponen en evidencia que a esa hora todavía quedaba más gente intentando escapar del 'Concordia'. Sus inexactitudes levantaron las sospechas del equipo de rescate. Poco después, Schettino aseguró había estado en la popa para "supervisar cómo va la evacuación". Segundos después le preguntaron si sólo quedaba él en el crucero. "Creo que sólo quedo yo", aseguró a la Capitanía.
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