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viernes, 12 de agosto de 2011



Francisco Solano López, que murió hoy en Buenos Aires, a los 83 años, fue un extraordinario dibujante de cómic, autor de una obra extensa y premiada, pero lo que le hizo alcanzar la categoría de mito cultural argentino fue una sola imagen: la de El Eternauta, que dibujó por primera vez en 1957 para unos textos de su amigo Héctor Germán Oesterheld. Aun hoy, El Eternauta, un hombre llamado Juan Salvo, que, vestido con una especie de traje de buzo, lucha en las calles de Buenos Aires contra una invasión extraterrestre, aparece en actos políticos de la izquierda peronista y en pintadas en las calles porteñas, como un símbolo de los años 70, reivindicados por las juventudes kirchneristas.
La primera versión de El Eternauta, ilustrada enteramente por Solano, tuvo un éxito formidable, pero es probablemente El Eternauta II, que retomó en 1976, la que más marcó su vida. Los textos de la nueva historieta eran más agresivos y de carácter más político, como reflejo de las ideas del guionista, Oesterheld, que militaba en la organización armada Montoneros y que escribió la mayoría de esos textos desde la clandestinidad. El Eternauta se convirtió en el líder de la resistencia que luchaba para liberarse del sometimiento al invasor.

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