De acuerdo a la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL), la economía dominicana crecerá en 2011 un 5 %, un aumento, sin embargo, menor al de 2010 que, según datos oficiales, fue del 7,8 %.
Pero a pesar de la estabilidad económica Fernández, de 57 años, quien también gobernó la República Dominicana en el cuatrienio 1996-2000, enfrenta un cada vez mayor descontento social por el alto costo de la vida, lo que ha repercutido negativamente en su popularidad.
Grupos populares realizaron el 11 de julio una huelga general, que dejó tres muertos, en reclamo de la reducción de los precios de los alimentos, medicinas, combustibles y factura eléctrica y el fin de la corrupción administrativa, que calificaron de "espantosa".
El Gobierno respondió que es "prácticamente imposible" acceder a las demandas de los grupos populares, que amenazan con acciones similares para los próximos meses.
La firma CID Gallup dio a conocer en julio en Costa Rica los resultados de una encuesta realizada un mes antes que da a Fernández la peor calificación entre varios presidentes latinoamericanos.
La encuesta dio al mandatario un índice de -33, pues el 63 % de los ciudadanos reprobó su trabajo y sólo el 30 % lo aprobó.
"Este resultado le nubla el panorama ya adverso para una eventual posibilidad de reelección o continuidad del partido oficial. Los dominicanos perciben pobreza, crimen y corrupción que su presidente no ha podido resolver", indicó la encuestadora.
Los resultados de esta encuesta fueron rechazados por funcionarios de Fernández quien, sin embargo, aparentemente tomó nota y se ha puesto al frente de unos repentinos diálogos populares, calificados de "tardíos" por la oposición.
Fernández defiende las acciones de su Gobierno en lo que respecta a la estabilidad en la macroeconomía y el mercado de divisas, la construcción de obras viales y de infraestructuras en diferentes puntos del país, entre las que destacan túneles y elevados, y la segunda línea del metro de Santo Domingo.
Su Gobierno, además, hace hincapié en recordar los alcances de una política social dirigida a miles de familias pobres, que reciben subsidios cada mes para la adquisición de alimentos, gas propano y para el pago de la tarifa eléctrica.
El jefe de Estado declinó en abril pasado presentarse a los comicios de mayo de 2012, aunque dijo que no existía impedimento legal "insuperable" que lo prohíba y que contaba "con reales perspectivas de un nuevo triunfo electoral".
La actual Constitución del país, en vigor desde 2010, impide la reelección, pero establece las figuras del referendo consultivo y el referendo aprobatorio para consultar sobre este asunto.
El oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), liderado por Fernández, escogió en junio al exministro de la Presidencia Danilo Medina como candidato a las elecciones del año próximo.
Medina se enfrentará nuevamente al expresidente Hipólito Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), quien le derrotó en los comicios de 2000 y que aparece mejor ubicado en las encuestas dadas a conocer últimamente.
En una reciente intervención, Fernández contrapuso la política económica de su gobierno a la que desarrolló el PRD durante el período 2000-2004 y opinó que si ese partido vuelve al poder será una "tragedia" para el país.
"No podemos permitir que caigamos de nuevo en la falta de confianza y en el deterioro de la calidad de vida", arengó Fernández en alusión a la época del PRD, tras ilustrar con cifras los diferentes resultados económicos de sus gobiernos y el de Mejía.
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