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sábado, 4 de noviembre de 2023

Mark Galeotti descubre al hombre detrás del mito y debilidad de Putin



El golpe asestado por Prigozhin utilizando como punta de lanza al grupo Wagner es para muchos una muestra de la debilidad de Putin. Los atisbos de guerra civil demuestran que el líder no es capaz de poner orden en su propia casa, mientras que para otros la idea básica es quedar mirando los hechos expectantes, mientras se aplica por evolución natural la premisa del «divide y vencerás». El mismo autor de estas palabras, Julio César, también decía: «En la guerra, los eventos de importancia son el resultado de causas triviales», y esto puede despertarnos de la verdadera percepción sobre un hombre, al fin y al cabo «lo que deseamos, lo creemos fácilmente, y lo que pensamos, imaginamos que otros lo piensan».

Así el reputado autor Mark Galeotti, historiador especializado en Rusia, se ha dedicado en su libro 'Tenemos que hablar de Putin' a desmontar la imagen de un hombre y a darnos una visión sin precedentes del líder ruso, poniendo en cuestión todo lo que creíamos saber de él y para ello se ha basado en relatos de fuentes cercanas al presidente. Y la razón que lo impulsa a ello es que Putin «se ha convertido en un símbolo planetario-positivo o negativo- que cada cual define a su gusto, como esas manchas de tinta de Rorschach, que usan los psicólogos».

El propio Putin comentaba sobre su infancia que en el lugar donde vivía «había hordas de ratas en la entrada principal. Mis amigos y yo solíamos perseguirlos con palos. Una vez vi una rata enorme y la perseguí por el pasillo hasta que la llevé a una esquina. No tenía a dónde correr. Cuando se vio acorralada se arrojó sobre mí. Estaba sorprendido y asustado. Ahora la rata me perseguía. Salté por el rellano y bajé las escaleras. Por suerte, fui un poco más rápido y logré cerrar la puerta de un portazo», relata.

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