Y es que todas y cada una de las decisiones que toman los gobiernos parecen ir más encaminadas a espiar al ciudadano, que a otra cosa. Y como decirlo así de claro quedaría muy mal, lo cubren con la excusa de investigar el terrorismo, la delincuencia organizada, o con asuntos similares.
Por eso lo mejor para esos estados es generar el problema para buscar la solución, las falsas banderas.
En este sentido, el Senado de Francia aprobaba el pasado miércoles una disposición de un proyecto de ley de justicia por el que autoriza la activación remota de micrófonos y cámaras de teléfonos.
Ante el lógico escándalo provocado por esta decisión, el Ministro de Justicia de Francia Éric Dupond-Moretti la justificaba diciendo que “estas técnicas ya están siendo aplicadas”. Sin embargo, esto se ha hecho hasta ahora con la instalación de balizas, micrófonos o cámaras, por cuenta de los investigadores. De ahora en adelante, una simple luz verde de un juez será suficiente para activar este tipo de dispositivo de forma remota.
¿Cuánto tardará esto en llegar a España, a pesar de que todos sabemos que ya se está haciendo de forma encubierta e ilegal?
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