Las tropas ucranianas están en movimiento, rodando a lo largo de amplias carreteras y a través de campos abiertos mientras contraatacan en el este y el sur de Ucrania.
Están a la intemperie a plena luz del día. Deberían ser objetivos fáciles para los cientos de cazabombarderos modernos de la fuerza aérea rusa.
Pero la fuerza aérea rusa está desaparecida en acción. No ha hecho ningún esfuerzo significativo para detener las contraofensivas ucranianas gemelas que comenzaron el 30 de agosto en el sur y ocho días después en el este.
No es difícil explicar la ausencia de los aviones de combate rusos. La anticuada doctrina de guerra aérea de Rusia no puede seguir el ritmo de un campo de batalla que cambia rápidamente. Y el ejército y la fuerza aérea ucranianos, contra todo pronóstico, todavía están montando una dura defensa del espacio aéreo sobre las líneas del frente.
Desconcertados por el caos en el terreno y acosados por los misiles y armas ucranianos, los pilotos rusos en su mayoría están sentados fuera de la campaña actual.
Las brigadas ucranianas que luchaban hacia el sur hacia Kherson ocupada por Rusia y hacia el este a través del óblast de Járkov deberían haber estado sentadas mirando los patos.
Pero las defensas aéreas ucranianas podrían ser aún más peligrosas para entonces. Estados Unidos y Alemania han prometido a Ucrania nuevos y mejores misiles tierra-aire, que deberían comenzar a llegar pronto.
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