“Muere un niño de 10 años por una rara afección asociada a la Covid-19” El niño ha fallecido en Wisconsin, Estados Unidos

Estamos en tiempos de justificaciones y del yo no sabía nada. Estamos en tiempos en los que vamos a escuchar, ver y leer de todo cuando se produzcan noticias terribles. Y todo ello, para justificar los injustificable, como es el hecho de que a los niños se les administre un medicamento para una enfermedad que no padecen y que, de hacerlo, presentaban síntomas leves. Lo más importante de todo, lo fundamental, es justificar a la industria farmacéutica que reparte suculentas comisiones.

Atentos a esta noticia de ‘La Razón‘: “Muere un niño de 10 años por una rara afección asociada a la Covid-19”. El niño ha fallecido en Wisconsin, Estados Unidos, y esa “rara afección asociada al virus” es síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (MIS-C por sus siglas en inglés).

Si cualquiera de ustedes busca en cualquier web médica de qué clase de enfermedad es esa, se encontraran con esta respuesta: “El síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (MIS-C, por sus siglas en inglés) es una afección grave que parece estar relacionada con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). La mayoría de los niños que se infectan con el virus de la COVID-19 tienen apenas una enfermedad leve. Pero en el caso de los niños que desarrollan el MIS-C, se inflaman gravemente algunos órganos y tejidos, como el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el aparato digestivo, el cerebro, la piel o los ojos”.

Si se dan cuenta, además de intentar justificarse todos los fallecimientos de niños con el virus, como en este caso, es curioso que esta enfermedad provoca la inflamación varios órganos y tejidos, así como los vasos sanguíneos. “Extrañamente”, los mismos efectos secundarios que provocan las inoculaciones. Lo que pasa es que, en este caso, estamos hablando de niños, y suponemos que esos efectos secundarios tendrán efectos más graves en un niño que en un adulto.

La cuestión es, como siempre, no decir la verdad y justificarlo todo con el virus. Y miren que nos parece mal, rematadamente mal, que lo hagan con los adultos. Pero que lo hagan con los niños, es de criminales, de criminales de la peor calaña.

Pero observen otra cosa que es muy importante volviendo al artículo de ‘La Razón’, en la fotografía con la que se encabeza ese artículo se puede ver a un niño al que le están inoculando. Llamativo, ¿verdad?

Si se dan cuenta, además de intentar justificarse todos los fallecimientos de niños con el virus, como en este caso, es curioso que esta enfermedad provoca la inflamación varios órganos y tejidos, así como los vasos sanguíneos. “Extrañamente”, los mismos efectos secundarios que provocan las inoculaciones. Lo que pasa es que, en este caso, estamos hablando de niños, y suponemos que esos efectos secundarios tendrán efectos más graves en un niño que en un adulto.

La cuestión es, como siempre, no decir la verdad y justificarlo todo con el virus. Y miren que nos parece mal, rematadamente mal, que lo hagan con los adultos. Pero que lo hagan con los niños, es de criminales, de criminales de la peor calaña.

Pero observen otra cosa que es muy importante volviendo al artículo de ‘La Razón’, en la fotografía con la que se encabeza ese artículo se puede ver a un niño al que le están inoculando. Llamativo, ¿verdad?