Ya lo he dicho antes y lo reitero. Novac Djokovic ha vencido en esta batalla planteada por el gobierno australiano. Lo invitaron y le dejaron entrar y luego le montaron el circo para enseñar a los australianos y al resto del mundo lo fuertes que son. Lo que son, simplemente, cretinos que no ven más allá de su hocico porcino, a los que se unen la gran mayoría de periodistas arrastrados. La victoria moral de Djokovic será recordada en los anales de la historia si el mundo sigue siendo mundo.
Es un sociedad que carece de principio alguno y de moralidad, cuando nos encontrarnos con personas que se juegan su prestigio, su dinero e incluso su trabajo para no perder esos principios y esa moralidad, todo parece lo contrario de lo que realmente es.
Nos vamos a explicar. El caso de Djokovic en Australia representa un soplo de aire fresco para los que todavía seguimos creyendo en esos valores y principios, aunque parezcamos ingenuos. La basura mediática, que esta destrozando este mundo, pretende vendernos ahora que lo de Djokovic ha sido una derrota, que se lo tiene merecido e incluso que pretendía que, por ser quien es, tuviera un trato de favor por parte del gobierno australiano y se alegran del desenlace final considerando que Djokovic es el gran derrotado.
Todo lo contrario. Djokovic ha quedado como una persona con principios. Como alguien que, a pesar de lo que se jugaba, se ha mantenido impertérrito y ha defendido su postura inicial contra viento y marea. ¿Cómo puede considerarse que eso pueda ser una derrota? Todo lo contrario. Es una victoria. Es más, es una gran victoria de alguien tremendamente famoso que se planta ante una injusticia y que no cede.
¿Derrota? Derrotados es como se van a sentir aquellos que se alegran de lo que le ha sucedido a Djokovic. Aquellos que piensan que lo mejor es plegarse ante las injusticias y hacer lo que les manden aunque sea injusto. Y se van a sentir derrotados el día que se den cuenta de que, a pesar de que siempre han cedido y se han dejado doblegar a cambio de ciertos beneficios materiales, llegue el momento en el que, a pesar de ceder siempre al chantaje, les toque también a ellos.
¿O qué se han creído? ¿Qué esto va de hacer caso siempre para no tener problemas? ¿Que todo lo malo siempre les pasa a los demás? Es probable que caigamos, pero lo haremos con la cabeza muy alta y si definitivamente caemos, caeremos todos, pero habrá algunos que lo harán con la vergüenza de no haberse defendido.
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