Poco más de un año. Ese es el tiempo que llevamos a vueltas con el tema de las inoculaciones. Recordemos que fue en diciembre de 2020 cuando empezaron a contarnos que, con esto de los pinchazos, todo se solucionaría. Y no hace un siglo de eso, fue, repetimos, en diciembre de 2020.
Al principio nos dijeron que dos. Poco tiempo después, como la farsa era difícil de mantener, nos empezaron a contar que dos quizás no serían suficientes, que habría que poner tres. Y ya daba igual si se mezclaban marcas porque el tema estaba muy “estudiado” y no habría ningún tipo de problema. Y ya sí, con tres iba a ser la bomba, todo arreglado.
Pero llegó Israel ya hace unos meses y dijo, qué va, con tres no es suficiente. Hay que poner cuatro porque las inoculaciones no evitan nuevas variantes. Y allí ya están por la cuarta y, ríanse, parece que tampoco va a ser suficiente. Porque ahora nos cuentan, desde ‘ABC NEWS‘, que un estudio realizado por investigadores de aquel país ha descubierto que “la cuarta muestra resultados limitados por Omicron”.
Además, nos cuentan que “los agresivos esfuerzos de vacunación de Israel no han podido detener un brote de omicron en las últimas semanas. La variante ha causado niveles de infección récord y envió a un número creciente de personas al hospital, aunque el número de enfermos graves se mantiene por debajo de las oleadas anteriores”.
Miren señores, llegados a este punto no hay más remedio que empezar a llamar a las cosas por su nombre y hablar claro. Hablando claro, quien siga creyendo en este cuento es que es rematadamente idiota y no debe preocuparse por el virus, porque el mayor de sus problemas es que es un idiota sin remedio.
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