Bueno, bueno, bueno,
Quien de después de año y medio no sea capaz de ver la realidad más le vale aceptar la marca de la Bestia con sumisión y agrado, debe reconocer que cualquiera que sea su formación, profesión, cultura, experiencia vital, nivel económico o social nació para ser ganado y no un hombre libre.
Cualquier persona que aún no haya caído en la cuenta que esto no es una pandemia sino un cambio político, social y económico de envergadura global es un animal.
Se lo han puesto delante de las narices y durante la hipotética pandemia no se ha tomado ninguna medida científica y médica lógica, pero sin embargo se ha legislado en todos los países, en España de manera subrepticia y afanoso ahínco múltiples leyes destinadas a,empobrecer, controlar hasta el mínimo movimiento o acción de la población, enfrentar, dividir….
El hecho que distintos gobiernos se dediquen a esparcir el miedo, la cizaña y el enfrentamiento debería bastar a cualquiera para hacerle reflexionar.
Esto no es una pandemia, mis abuelos no se hubieran dejado engañar, pasaron varias pandemias y guerras y eso tuvo el efecto de ser, alegres, vitales, valientes, positivos, generosos, respetuosos, comprensivos, amables… En esa sociedad me educaron, que menos que devolver esa sociedad a los que vienen.
No queremos cobardes colaboracionistas de esta dictadura global que avanza con rapidez.
Es interesante observar que los aterrorizados son los vacunados, los que propagan la cizaña son los vacunados o dicen estar vacunados, pero sin embargo aquellos que no nos hemos vacunado porque sabíamos que todo era una patraña para traernos hasta aquí estamos tranquilos, no tenemos enemigos excepto los legisladores y no tenemos miedo.
Todos vamos a pagar las consecuencias de esta gran farsa totalitaria, pero al menos a los despiertos no nos sorprende nada de lo que sucede día a día, ya lo habíamos advertido, estaba a la vista de todo el que quisiera ver más allá de su interés inmediato y su propio miedo.
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