En un intento de oportunismo político tras los escándalos en el Capitolio protagonizados por infiltrados de izquierda, varios demócratas tales como la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y el Senador Chuck Schumer, han anunciado públicamente su intención de destituir al presidente de los Estados Unidos utilizando la 25a enmienda. Lo cual sería un acto completamente inconstitucional.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, sugirió al vicepresidente Mike Pence que destituya al presidente Donald Trump sin previo aviso. Anteriormente el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, había hecho un pedido similar.
“Me uno al líder demócrata del Senado para pedirle al vicepresidente que destituya a este presidente invocando de inmediato la Enmienda 25”, dijo Pelosi según Fox News.
Ambos demócratas están acusando, sin juicio previo, al presidente Trump por los acontecimientos caóticos ocurridos durante la jornada del pasado miércoles pasado en el Capitolio cuando extremistas de izquierda, disfrazados de seguidores de Trump, ingresaron violentamente al edificio.
Nada más carente de argumentos, especialmente teniendo en cuenta que el mayor perjudicado luego de los acontecimientos fue Trump. ¿Cuál sería el motivo para llevarlo a organizar o incentivar semejante desastre?.
Pero más allá de que no existen pruebas ni argumentos para culpar al presidente Trump, según indican los expertos, los llamamientos de los principales demócratas del Congreso para destituir al presidente de su cargo invocando la 25a Enmienda demuestran una profunda ignorancia de la Constitución.
Pelosi, Schumer y otros que han solicitado o insinuado que Trump sea destituido antes de que termine su mandato, están tergiversando el significado y los fundamentos de la 25a Enmienda. Están promoviendo un engaño inconstitucional.
Por un lado, es cierto que el vicepresidente tiene la autoridad legal de destituir al presidente utilizando la 25a enmienda, pero eso no significa que pueda ser utilizada en cualquier situación y sin argumentos comprobables.
La 25ª Enmienda prevé la destitución y sustitución del presidente en caso de que “no pueda cumplir con los poderes y deberes de su cargo”. La enmienda en cuestión habla de “incapacidad”; en ningún lado establece que pueda ser utilizada para destituir al presidente porque no se está de acuerdo con la forma de proceder en determinadas cuestiones y mucho menos porque se considere (infundadamente) que habría hecho algo aberrante como enviar una turba de manifestantes a tomar el Capitolio. Para tales situaciones existe la figura del juicio político que nada tiene que ver con la 25a enmienda.
Según indicó Gregg Jarrett de Fox News, el senador Birch Bayh, demócrata por Indiana, quien fue el artífice de la enmienda, declaró que la palabra “incapaz” significaba “un deterioro de las facultades del presidente” de tal manera que “no puede tomar ni comunicar sus decisiones en cuanto a su propia competencia para ejecutar los poderes y deberes de su cargo”.
El motivo correcto para utilizar la enmienda 25 es cuando, por ejemplo, existe algún tipo de accidente y el presidente sufre a causa de esto alguna forma de inconsciencia o parálisis, que lo “imposibilite a tomar o comunicar la decisión de renunciar a los poderes de su cargo”.
Nada de esto es lo que sucedió esta semana. Por lo cual queda demostrado que los que pretenden eliminar a Trump utilizando la 25 enmienda tienen un absoluto desconocimiento de la Constitución, o bien, poseen un odio inexplicable hacia la figura del presidente y un profundo deseo de verlo caer antes que termine su mandato, dejando la peor imagen posible de su investidura.
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