El saldo de este acto narcoterrorista no puede ser más crudo: 107 ocupantes muertos; un sicario (la ‘Quica’), condenado a cadena perpetua, que jura que él no participó, y otro más (el ‘Arete’), escondido en España, que asegura que fue él quien armó el artefacto explosivo y lo planeó todo.
Familiares de víctimas, mientras tanto, llevan 31 años exigiendo y esperando justicia. Y para aproximarse a lo que sucedió, le entregarán un informe a la Comisión de la Verdad (a través de la Fundación Colombia con Memoria) con datos inéditos y declaraciones de actores claves de esa oscura jornada.
Uno de ellos es el entonces agente especial José Ballesteros, de la Dirección de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) de Estados Unidos, que terminó indagando por el bombazo a la aeronave, que cubría la ruta Bogotá- Cali. En diálogo con EL TIEMPO, el exagente aseguró que alias el Arete, uno de los más sanguinarios sicarios de Pablo Escobar, le mintió al país sobre el atentado para cubrir a otro sicario del cartel de Medellín.

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