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viernes, 25 de septiembre de 2020

Antonio López, entre dos de sus esculturas que se exhiben en la Fundación




El pintor Antonio López atiende solícito a los periodistas mientras los cámaras le piden que se sitúe ante ese o aquel cuadro realista de gran formato, o mejor que se introduzca entre dos esculturas de tamaño natural. Paciente, el artista manchego se desplaza ligero a sus 84 años por el casi centenar de obras que conforman la exposición antológica, una de las más completas dedicadas a su obra, que se inaugura este viernes en la Fundación Bancaja de Valencia, e incluye junto a sus famosas panorámicas de la Gran Vía de Madrid obras de gran sutileza, más pequeñas y apenas conocidas. Allí se exhiben bodegones, escenas de interiores, de jardines, de flores, pinturas y dibujos de María Moreno, su mujer, su compañera de toda la vida desde que se conocieron en la Facultad de Bellas Artes. Ella murió el pasado febrero a los 87 años.

Por primera vez, Antonio López y María Moreno exponen juntos, sin la compañía de otros realistas: 72 obras de él y 20 de ella. El pintor se muestra reconfortado y agradecido. “Mari es la antítesis de mí. Yo soy ambicioso y ella no tenía ninguna ambición. Ella estaba más atenta en lo que le pasaba a su hermano, a mí, a sus vecinos... Para ella la vida era más importante que el trabajo, que la pintura y esa forma de trabajar la hizo más libre; yo trabajaba para sobrevivir. En Mari parece que todo brota de manera natural y eso ha sido para mí un ejemplo", ha explicado en la presentación de la exposición, comisariada por Tomás Llorens, y que se podrá visitar hasta el 24 de enero.

El cuerpo humano, la ciudad, el interior doméstico, la ventana y el mundo vegetal son los principales temas sobre los que se vertebra la muestra y la producción de Antonio López. Dibujos, pinturas y esculturas marcan su trayectoria desde que tenía 17 años hasta la actualidad, con la exhibición de una de sus “obras maestras”, según Llorens, una vista de Madrid Sur. La emoción diferencia su realismo de una imagen fotográfica, señala el propio pintor de Tomelloso. “Pintamos para contar emociones, el trabajo tiene que estar habitado por algo que une a todos los artistas: la expresión de la emoción”, añade.López se somete a las preguntas de los periodistas sin orillar ninguna cuestión, incluida la polémica en torno al rey emérito. Su retrato La familia de Juan Carlos I, encargado en 1994 por Patrimonio Nacional, luce desde 2015 en el Salón de Alabarderos, un lugar privilegiado del Palacio Real de Madrid. ¿Pintaría el mismo retrato real ahora? “Ahora volvería a hacerlo, pintaría a la familia real de otra forma si me lo encargaran, tendría que hablar con ellos. Todos hemos cambiado. A mi manera de ver, ha sido un poco injusto el trato que se le ha dado al Rey emérito, no se tenía que haber marchado así, de esa manera, porque al lado de las marranadas que hacen otros poderosos, lo del Rey es poca cosa”, responde a este periódico en los prolegómenos de la presentación.

Y añade, ya ante todos los medios de comunicación: "El Rey me dijo: somos una familia española; aunque yo sabía que no era así. No hay ni cetros ni coronas, es un padre y una madre con sus hijos”. López no ve problemas en mantener la actual ubicación del cuadro, tras el escándalo de los presuntos negocios de Juan Carlos I. “Que hagan lo que quieran, creo que está donde debe de estar. ¿Quién quita a la familia de Carlos IV [de Goya] o el cuadro de Inocencio X [de Velázquez] por ser feo?”, se pregunta.

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