HiRADiOs Voz Dominicana

miércoles, 29 de julio de 2020

BLA,BLA,BLA El “síndrome del lulismo” y la deriva autoritaria en la derrota del PLD




El “síndrome del lulismo” se refiere al proceso mediante el cual millones de personas que fueron sacados de la pobreza, se vuelcan contra el partido que los convirtió en clase media y elevó sus niveles de ingreso, como le pasó al Partido de los Trabajadores de Brasil liderado por Luiz Ignácio Lula da Silva. 
Este síndrome tiene su explicación en el hecho de que con el ascenso social, se desatan expectativas ilimitadas que inspiran nuevas necesidades y nuevas demandas, lo que provoca en el ciudadano el deseo querer poseer más cosas y lo más pronto posible. Esto hace del votante un ente pragmático que no le profesa lealtad ni a siglas, ni a colores, ni a partido alguno, sólo se enfoca en sus propios intereses y en el porvenir, sin expresar ninguna gratitud hacia el pasado; y sólo le mantiene el apoyo al partido que los benefició, siempre y cuando éste responda a sus nuevos intereses y a sus nuevas necesidades.
Pero este sólo fue el comienzo, luego siguieron: intervenciones telefónicas descaradas, presiones para el despido de periodistas opositores, persecución fiscal a empresarios que apoyaban la oposición, despido de jueces y fiscales capaces y honestos pero que no respondían a la línea del poder, intento de compra del congreso para imponer una tercera reelección consecutiva, intimidación a dirigentes políticos opositores y del propio partido, cancelación de empleados públicos por el sólo hecho de ser simpatizantes de líderes opositores, militarización del Congreso Nacional, presiones descaradas a las Altas Cortes y al organismo electoral, presentación de expedientes falsos para ensuciar a candidatos opositores, el uso y abuso de los fondos públicos así como de los programas sociales para el beneficio antidemocrático del candidato del gobierno, entre otras acciones de carácter autoritario en las que no se respetaban los límites institucionales al el ejercicio del poder.
Aunque el mayor error, expresión del autoritarismo imperante, fue pasarle por encima a dirigentes formados e imponer por la vía del fraude y el abuso de los recursos del Estado a un candidato oscuro, sin condiciones políticas y sin raíces en el PLD. Este hecho no sólo llevó a la división abierta con la salida del doctor Leonel Fernández, sino que provocó un profundo malestar entre los aspirantes con méritos y entre los dirigentes y militantes con años de sacrificio partidario, lo que a su vez generó una segunda división encubierta que también contribuyó con la derrota en las pasadas elecciones. Ese acontecimiento, al dividir en dos el voto peledeísta hacía prácticamente imposible alcanzar una victoria de cualquiera de las partes involucradas. A partir de aquí, el votante opositor (aproximadamente 65 por ciento del electorado), convencido de que un partido dividido no gana, puso sus esperanzas en el candidato que más posibilidades tenía de sacar al PLD del poder.
La nueva clase media y sus demandas 
Y justo eso fue lo que le pasó al Partido de la Liberación Dominicana (PLD). En sus gobiernos, según estimaciones del Banco Mundial, el Producto Interno Bruto (PIB) pasó de 18,242 millones de dólares en 1996 a 88,941 millones de dólares el pasado año 2019. Este acelerado crecimiento empujó hacia arriba a importantes segmentos de la población que vivían en la pobreza, convirtiéndolos en clase media vulnerable principalmente urbana. Asimismo, la clase media consolidada y los sectores productivos se fortalecieron afianzándose una composición social de alrededor del 30 por ciento de ciudadanos viviendo bajo la línea de pobreza, 30 por ciento de clase media consolidada, 35 por ciento de clase media vulnerable y aproximadamente un 5 por ciento de sectores de ingresos altos. Lo novedoso de esta nueva composición social es que por primera vez en nuestra historia el conjunto de las clases medias pasaba a constituir la mayoría del pueblo dominicano, con la particularidad de estar más educados, más informados y más conectados que los ciudadanos del pasado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario