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jueves, 14 de mayo de 2020

Historias de dominicanos que se recuperaron del COVID-19 (Negativos)




Incertidumbre, ansiedad y temor a morir han sido de los complicados sentimientos que se han apoderado de dominicanos durante el aislamiento hospitalario y domiciliario al que se han sometido por padecer del COVID-19.
En un país con 393 muertes y 10,634 casos confirmados -hasta el 11 de mayo-, las historias de un grupo que fue diagnosticado negativo, tras ganarle la batalla al virus, son una luz entre las estadísticas abrumadoras de la pandemia.
Los cuadros clínicos de los seis expacientes han sido variados: desde una joven embarazada que alumbró un bebé positivo al COVID-19, un padre que pasó aproximadamente un mes en el hospital y tuvo que ser asistido con oxígeno para respirar, hasta otros que tuvieron síntomas leves.
Para conocer sus experiencias respetando el distanciamiento físico,  converzando con ellos vía telefónica, y un fotógrafo, tomando las medidas de protección necesarias, los visitó para capturar sus vidas ahora.


Víctor Fernando Gómez | 22 años | Estudiante universitario y entrenador personal | Diagnosticado con COVID-19 el 17 de marzo de 2020 | Diagnóstico actual: negativo
Comenzó a tener síntomas el 15 de marzo, el día de las elecciones municipales extraordinarias. Los análisis que le hicieron para determinar si tenía dengue o influenza resultaron negativos. Al otro día su salud era peor.
Su padre, el director de la Autoridad Portuaria Dominicana, Víctor Gómez Casanova, temía que él le hubiese contagiado el COVID-19 y, para descartar, le hicieron la prueba del virus.

Fue el día de su cumpleaños número 22 cuando a Víctor Fernando le dieron el resultado: positivo al COVID-19. Y ahí comenzó su lucha.

Laura Sánchez | 26 años | Médico general | Diagnosticada con COVID-19 el 23 de marzo de 2020 | Diagnóstico actual: negativo             
La joven doctora cree que pudo contagiarse durante su práctica médica. Le dieron el diagnóstico positivo cuando tenía 37.4 semanas de embarazo y faltando cuatro días para la cesárea que tenía programada.
Por el protocolo en ese entonces, tuvo que ser recluida en el Hospital Militar Dr. Ramón de Lara y ser asistida en un nuevo centro y con otro médico.
Ella tenía antecedentes de salud que la hacían vulnerable al virus. Fueron angustiantes los días que estuvo sola y aislada. Y lo fue más cuando su bebé nació positivo al COVID-19.

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