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viernes, 22 de mayo de 2020

Andrew Lloyd Webber El compositor que hizo oro con los musicales ’Cats’ o ‘Jesucristo Superstar’ Encabeza la lista de músicos más adinerados del Reino Unido junto a Paul McCartney





Una inédita versión rockera del Nuevo Testamento en Jesucristo Superstar, el relato de la vida de Evita Perón en clave de opereta o la adaptación al género musical de la historia decimonónica de El fantasma de la Ópera son sólo algunos de los puntales de la carrera de Andrew Lloyd Webber a lo largo de casi cinco décadas. El nombre del compositor británico, que junto a Paul McCartney lidera este año la nómina de los músicos más ricos del Reino Unido, quizá no diga mucho a los más jóvenes fans de Rihanna (tercera del mismo ranking), pero en la industria musical equivale a genio y poderío.

El famoso listado que el dominical Sunday Times publica anualmente ha parangonado en la presente edición las respectivas fortunas del ex Beatle y de Lloyd Webber, a razón de 800 millones de libras para cada uno de ellos. Un patrimonio que en el caso de este último, corresponde a los réditos de sus famosos musicales –representados en escenarios de todo el mundo–, junto a los de la faceta paralela de productor y empresario teatral. Las entradas para asistir a este tipo de espectáculos suelen cotizar muy alto en el West End londinense o en su hermano neoyorquino de Broadway. Pero en las últimas semanas, con la caída del telón a causa del coronavirus, el compositor, de 72 años, viene difundiendo de forma gratuita la grabación de algunas funciones legendarias de sus títulos, vía streaming.

Una versión filmada en 1999 del musical Cats, que en su momento batió el récord de estar programado 21 años ininterrumpidos en la cartelera de Londres, ha sido la última entrega de esta iniciativa que lleva recaudado ya medio millón de libras en donaciones destinadas a un fondo de ayuda a los trabajadores del sector teatral. Lloyd Webber ha acompañado esas sesiones de comparecencias online sentado junto a su piano y se ha abierto a charlas sobre su obra, merecedora de una importante colección de premios a ambos lados del Atlántico, entre ellos el Tony, el Olivier, el Grammy, el Oscar o el Globo de Oro. Del ramillete de sus musicales que han sido adaptados al cine, como Evita, protagonizado por Madonna, y el citado Cats, cuya traslación a la gran pantalla el año pasado fue uno de los escasos fiascos de su singladura. O de su ductilidad como creador, que abarca desde una misa de réquiem hasta bandas sonoras de cine, pasando por la
composición de una pieza para los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992), Amigos para siempre, interpretada por Josep Carreras y Sarah Brightman. Pero, como es habitual en él, se ha resistido a hablar de su vida privada que ha sabido proteger de la avidez de los tabloides británicos.

De este músico que empezó a despuntar en los años 70 del pasado siglo en su tándem con el letrista Tim Rice, apenas ha trascendido en el plano personal que suma tres matrimonios y que tiene cinco hijos, con edades comprendidas entre los 43 y los 24 años. Nacido en 1948 en Londres, hijo de un compositor y una maestra de música, además de hermano del reputado intérprete de chelo Julian Lloyd Webber, suma a esa pasión musical que le viene de familia la del coleccionismo de arte (con predilección por la pintura victoriana). Antaño identificado con el Partido Conservador británico, para cuyos mítines llegó a componer algún tema musical, hoy se especula con su distanciamiento de los tories liderados por Boris Johnson, aunque él no se ha pronunciado ni a favor ni en contra del polémico jefe de Gobierno.
Este gigante de la música al que la corona británica ha premiado con el título de lord y con una baronía (es el barón Lloyd-Webber de Sydmonton) solo quiere ser identificado por su dilatada trayectoria profesional, hoy en cuarentena a causa de los estragos del Covid-19. Sus teatros del West End permanecen cerrados y a la espera de que la progresiva desescalada permita quizá en otoño el estreno de los musicales Frozen, que el Lloyd Webber empresario produce, y Cenicienta, de cuya música es autor. “Espero que entendáis que el teatro siempre estará ahí. No pensé que acabaríamos encerrados durante tanto tiempo pero, tarde lo que tarde, al final el teatro va a volver”, subrayaba días atrás durante una de sus alocuciones con los internautas que concluyó con una mensaje claro: “¡No penséis que podréis libraros de mí!”.

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