Si ombe.. Hace tres meses y medio que el mundo era diferente. Todo cambió a raíz de que el primero de diciembre 2019 se alertó sobre la presencia en Wuhan, China, de un grupo de personas con neumonía de causa desconocida.
Su comportamiento y propagación puso en alerta a los organismos sanitarios internacionales y su distribución por continentes convirtió oficialmente al coronavirus COVID-19 en pandemia el día 11 de marzo.
Desde entonces el mundo se ha “puesto de cabeza”: países en cuarentena y declarados en emergencia, ciudades cerradas por completo, cancelaciones de vuelos y cruceros, caídas de las bolsas, turismo tambaleante, suspensiones de actividades, activación del tele trabajo y pánico generalizado.
República Dominicana, esta pequeña isla del Caribe, no se ha quedado fuera de la alerta mundial, y ha estado tomando muy en serio la amenaza del coronavirus (COVID-19), con medidas que buscan evitar su propagación entre su población de algo más de 10 millones de habitantes y tener capacidad de respuesta.
Hoy, las cifras oficiales indican que hay 11 personas confirmadas con el virus; hay 119 viajeros en domiciliario y 18 hospitalizados, 13 pacientes aislados. Se habían tomado 70 muestras, resultando 11 positivos, 40 negativos y 25 pendientes de resultados de laboratorio.
Se ha destinado el hospital Militar Ramón de Lara ubicado en la Base Aérea de San Isidro como exclusivo para atender pacientes sospechosos y confirmados; se han prohibido desembarco de dos cruceros, se prohibieron por 30 días los viajes directos desde Milán, Italia, universidades y empresas han cancelado actividades masivas y viajes; los supermercados empiezan a ser abarrotados y desabastecidos con rapidez y se escasean medicamentos gripales e insumos de protección como mascarillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario