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lunes, 30 de diciembre de 2019

Un estudio recupera datos genéticos de un diente de 1 Mil 700 millones de años



El esmalte de un diente de un rinoceronte ya extinguido podría revolucionar el estudio de la evolución de la vida. Un grupo de científicos ha logrado extraer información genética
de la dentadura de un ejemplar que pació en Eurasia hace más de 1,7 millones de años. Se trata de los datos genéticos más antiguos recuperados hasta ahora. Mas allá del récord, la técnica y materiales usados podrían ayudar a conocer el pasado más remoto de las especies, empezando por la humana.
En las últimas décadas, los avances en el estudio y análisis del ADN antiguo o ancestral no han dejado de dar alegrías a los científicos. Con nuevas y precisas técnicas se ha podido recuperar cada vez más y más completa información genética de cruzados de la Edad Media, maíz milenario o niñas de hace más de 10.000 años. Los hitos en esta especie de arqueología genética son dos: la secuenciación del genoma de fósiles de homínidos en la Sima de los Huesos (en el sitio arqueológico de Atapuerca) de hace 430.000 años y la de un équido atrapado en el permafrost hace unos 780.000 años. Pero nadie había logrado remontarse más atrás, al menos con ADN.
Un amplio grupo de científicos especializados en genética ancestral lo intentó buscando ADN entre los fósiles del yacimiento de Dmanisi. Localizado en Georgia, en el Cáucaso, entre el mar Negro y el mar Caspio, ahí se encontraron los restos del género Homo más antiguos fuera de África. Como en otros similares, como el de Atapuerca, junto a los humanos, también se han encontrado centenares de restos de grandes animales con una antigüedad de casi 1,8 millones de años. De algunos de ellos, en particular de rinocerontes ya extinguidos, recuperaron una veintena de huesos y dientes.

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