HiRADiOs Voz Dominicana

martes, 10 de diciembre de 2019

BERNARD ARNAULT TOMA EL SEGUNDO PUESTO DE LOS MAS RICOS DEL MUNDO patrimonio 109.500 millones de euros







A finales de noviembre, Bernard Arnault se convirtió durante unas horas en el hombre más rico del mundo. Tras la compra de la firma estadounidense de alta joyería Tiffany, el propietario del grupo LVMH, que controla un patrimonio evaluado en 109.500 millones de euros, trepó hasta lo más alto de la lista de grandes fortunas de la revista Forbes
. Antes de que un cambio en la cotización bursátil lo hiciera bajar hasta la segunda posición, por debajo del jefe de Amazon, Jeff Bezos (113.000 millones), pero ligeramente por encima del magnate informático Bill Gates (106.700 millones).

Pese a ese revés, Arnault ha subido a lo alto de un podio que, hace solo unos meses, observaba desde la distancia. ¿Cómo explicar el ascenso de un empresario que, hace solo tres años, no contaba con más de 30.000 millones en su haber y permanecía estancado en la 14ª posición? Arnault posee el 47% de las acciones del imperio LVMH y sus 75 marcas, cuyo valor en bolsa habría aumentado en su conjunto un 57% desde comienzos de 2019, según la revista Challenges. A comienzos de este año, la fortuna de Arnault ni siquiera superaba los 60.000 millones, pero las cifras récord que espera batir el grupo, a la espera de la publicación de sus resultados en el primer trimestre de 2020, habrían alterado la situación.
Además de controlar marcas históricas como Dior, Louis Vuitton o Givenchy, Arnault tiene en su posesión un 2% de la firma de lujo Hermès y el 8% de Carrefour, sin contar una colección de arte contemporáneo, que expone parcialmente en la Fundación Louis Vuitton de París. El millonario superó hace años a la familia Bettencourt, propietaria de L’Oréal, y a los hermanos Wertheimer, que controlan Chanel, en la lista de los más ricos de Francia.
La compra de Tiffany responde al insaciable apetito adquisitivo que ha demostrado tener Arnault desde que, en 1984, se hizo con el control del grupo Boussac, antiguo propietario de Dior, que entonces se encontraba al borde de la bancarrota. Años después, en pleno boom de las concentraciones empresariales, el nuevo líder compró Loewe, Berluti, Kenzo, Guerlain, Fendi, Donna Karan, Sephora, Marc Jacobs, los grandes almacenes Le Bon Marché y La Samaritaine, multiplicando el valor del grupo LVMH por quince. Más recientemente, firmó un acuerdo con Stella McCartney, tránsfuga del grupo Kering, que controla su archienemigo François Pinault.
Tiffany llevaba tiempo en su punto de mira. “Es un mito para los estadounidenses y también mundial”, expresó a finales de noviembre en la radio francesa Europe 1. Entre sus proyectos para desarrollar la marca, Arnault planea reforzar su implantación en Europa y en Asia, donde LVMH es especialmente fuerte. “Debe mejorar ser más deseable a largo plazo. Los resultados económicos son una consecuencia, pero no deben ser un objetivo”, dijo en la misma entrevista.
Arnault intenta remediar con esta lucrativa operación algunos fiascos recientes. Por ejemplo, su intento de exilio fiscal en Bélgica en 2013, cuando pidió la nacionalidad al país vecino para evadir impuestos. Terminó dando marcha atrás, aunque el episodio dañó su imagen y la de su grupo. Tampoco le salió redonda la compra de Hermès en 2014, que le costó una multa de ocho millones por parte de la administración francesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario