La diabetes se produce cuando el páncreas no produce suficiente insulina (la hormona que regula el azúcar en la sangre) o cuando el cuerpo no puede utilizar la insulina que produce. La enfermedad ha sido responsable de 4 millones de muertes tan solo en 2017, según la FID.
Y cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina que él mismo genera, principalmente por el estilo de vida actual que conlleva, entre otras cosas, exceso de grasas, más de 350 millones de personas corren el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Además, en la actualidad alrededor de 1.1 millón de niños vive con diabetes tipo 1, que sobreviene cuando el sistema inmunitario del cuerpo ataca las células del páncreas que producen la insulina.
En Israel, como en el resto del planeta, la dolencia va en aumento, y los últimos avances en su tratamiento incluyen también insulina oral y nasal.
Los tratamientos para la diabetes tipo 2 se centran en los cambios en el estilo de vida y soluciones farmacológicas, lo cual exige mucha fuerza de voluntad por parte de los pacientes.
Y compañías médicas como Digma Medical tratan de facilitarles la vida con terapias alternativas, como la que ofrece el aparato de ablación duodenal DiaGone: un aparato endoscópico usado por el gastroenterólogo para tratar el duodeno y restaurar la capacidad del cuerpo de controlar los niveles de glucosa.
También se ha dado a conocer un método en el que los pacientes no tienen que monitorizarse constantemente los niveles de insulina y arriesgarse a sufrir hipoglucemia o hiperglucemia por un error de cálculo. Se llama IsletRx, y aunque está en ensayo preclínico, la droga promete, gracias a su fuente inagotable de células de islotes pancreáticos funcionales que producen insulina según la necesidad, liberar a los diabéticos de la preocupación de un mal cálculo.
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