La voz de las escritoras mexicanas llegó ayer viernes a la inauguración de la Feria Internacional del Libro del Zócalo en Ciudad de México.
Con pañuelos rosas, una veintena de autoras subieron al principal escenario de la cita literaria para hacer dos demandas claras: el fin de la violencia machista en el ámbito cultural y una mayor inclusión de las mujeres en los programas de los encuentros de escritores.
En conjunto han leído un pronunciamiento en el que han asegurado que el movimiento feminista “no es una moda, es una exigencia”.
Con pañuelos rosas, una veintena de autoras subieron al principal escenario de la cita literaria para hacer dos demandas claras: el fin de la violencia machista en el ámbito cultural y una mayor inclusión de las mujeres en los programas de los encuentros de escritores.
En conjunto han leído un pronunciamiento en el que han asegurado que el movimiento feminista “no es una moda, es una exigencia”.
El grupo ha conformado la colectiva ‘Mujeres juntas marabunta’ desde marzo. Entonces, algunas autoras habían contado, a través de las redes sociales, haber sido víctimas de acoso sexual o violencia por parte de sus colegas escritores.
Las denuncias destaparon un mar de señalamientos que mostraron, además, las desventajas que las escritoras han padecido durante años en su avance profesional respecto a sus pares masculinos. Un asunto que la industria literaria se ha demorado en atender.“Exigimos no más violencia machista, ni pactos de silencio; exigimos perspectiva de género en el ámbito literario; exigimos que nuestro trabajo sea leído, conocido y considerado en igualdad de condiciones”, han dicho las autoras en su pronunciamiento.
Los organizadores de la FIL Zócalo han cedido parte del tiempo de la apertura de la feria para que las escritoras expusieran sus argumentos. “Si tenemos privilegios, abriremos espacios a las que vienen y a las que están”, han prometido. “Estamos creando una contranarrativa que reescriba el futuro”, añadieron.
Las denuncias destaparon un mar de señalamientos que mostraron, además, las desventajas que las escritoras han padecido durante años en su avance profesional respecto a sus pares masculinos. Un asunto que la industria literaria se ha demorado en atender.“Exigimos no más violencia machista, ni pactos de silencio; exigimos perspectiva de género en el ámbito literario; exigimos que nuestro trabajo sea leído, conocido y considerado en igualdad de condiciones”, han dicho las autoras en su pronunciamiento.
Los organizadores de la FIL Zócalo han cedido parte del tiempo de la apertura de la feria para que las escritoras expusieran sus argumentos. “Si tenemos privilegios, abriremos espacios a las que vienen y a las que están”, han prometido. “Estamos creando una contranarrativa que reescriba el futuro”, añadieron.
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