Para Javier la herencia significaría una importante suma de dinero que caería en los bolsillos del joven valenciano, fruto de una infidelidad de Iglesias a Isabel Preysler y que, según su abogado ha declarado en varias ocasiones, "no ha calculado", aunque es evidente que podría cambiarle la vida. En la actualidad, Javier -que en 1996 intentó sin éxito triunfar en la música- regenta junto a su mujer, Chiara, en el barrio valenciano de Ruzafa, un negocio de nutrición deportiva.
Pero ahora, a esta larga lista de herederos hay que sumar a Javier. Quien no sólo tendrá derecho a heredar su parte sino también a usar el apellido de la voz de La vida sigue igual. Hasta ahora, el que se ha convertido en el cuarto hijo (cronológicamente hablando) de Iglesias, llevaba el apellido de Rafael Sánchez, su padre adoptivo y marido de su madre, Edite Santos, del que se la portuguesa se separó hace años.
Todo esto, claro, dependerá de lo que ocurra con el recuerdo que el cantante y su abogado, Fernando Falomir, interpondrán en septiembre (agosto no es un mes hábil) en contra de la sentencia. El letrado del cantante, que durante los más de dos años que ha durado este proceso se ha negado a someterse a las pruebas de ADN, explicó este miércoles que la defensa plantea la cuestión como "cosa juzgada" y por ello decidir la práctica de una prueba biológica con carácter previo a resolverla es "un contrasentido" porque la ley exige que, antes de practicar las pruebas, "se resuelva esta cuestión", por lo que no hay tal negativa a someterse a la prueba sino que primero se debe determinar si es cosa juzgada.
"No sería lógico que habiendo quedado demostrado que Javier es su hijo biológico, por una cuestión de forma procesal se sentenciase finalmente que no lo es", ha respondido Fernando Osuna, abogado de Javier, en La Vanguardia.
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