Cada vez son más numerosas las evidencias que muestran que nuestro riesgo de desarrollar un tumor se encuentra directamente condicionado por los alimentos que consumimos. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó hace tres años un ‘polémico’ informe en el que se concluía que las carnes procesadas, caso de los embutidos, y ‘muy probablemente’ las carnes rojas, aumentan la probabilidad de padecer cáncer, por lo que clasificaba estos alimentos como ‘carcinógenos para los humanos’. Sin embargo, es posible que no se trate solo de qué comemos, sino de cuándo lo comemos. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona alerta de que las cenas tardías o irse a dormir sin dar un tiempo suficiente para que las cenas se hayan digerido adecuadamente aumentan el riesgo de cáncer de mama y de próstata.
Horarios carcinogénicos
Por lo general, los estudios llevados a cabo para evaluar el impacto de la dieta sobre el cáncer se han centrado exclusivamente en los grupos de alimentos, caso de las frutas, las verduras o las ya referidas carnes rojas o procesadas. Tal es así que la atención que se ha prestado a otros factores asociados con la alimentación, caso de los horarios de las comidas o de las actividades que se llevan a cabo antes y después de cada ingesta, ha sido mínima. Sin embargo, las investigaciones recientes con modelos animales han demostrado que el momento en el que se realizan estas comidas, como sería por ejemplo una cena tardía, tiene un impacto muy notable sobre la salud. Pero, ¿ocurre los mismo en los seres humanos?La cena, paseada
Por tanto, y con objeto de evitar desarrollar un tumor de mama o de próstata, mejor adelantar la hora de la cena y, una vez cenados, esperar un tiempo prudencial para hacer la digestión antes de irnos a la cama. Como dicta el refranero, ‘la comida reposada, y la cena paseada’.Pero, ¿cómo explica esta influencia del momento de la cena o de irse a la cama sobre el riesgo de cáncer? Pues como concluye Dora Romaguera, co-autora de la investigación, «necesitamos más estudios con humanos para entender las razones que se encuentran tras estos resultados, pero todo parece indicar que el horario del sueño afecta a nuestra capacidad para metabolizar los alimentos. De hecho, las evidencias alcanzadas con modelos animales han demostrado que el horario de la ingesta de alimentos tiene profundas implicaciones sobre el metabolismo de los alimentos y la salud».
No hay comentarios:
Publicar un comentario