El lenguaje es un reflejo claro de la calidad de una nación, y lamentablemente en la República Dominicana hemos dejado que la vulgaridad gane un espacio demasiado amplio. Es tanto que muchas personas en los medios de comunicación lo han asumido como una vía de ganar “popularidad” en su audiencia, y en las redes sociales para ganar ponchadas y de ahí al chantaje hay un paso.
Ese deterioro encuentra eco en muchos que desde los medios incorporan vulgaridades en sus expresiones cotidianas. Se olvidan de la responsabilidad esencial de educar y orientar que debe tener un comunicador al colocarse delante de un micrófono.
La vulgaridad lo primero que revela es la calidad de quien la usa, y no gana respeto.
Persio Maldonado
Director El Nuevo Diario
Pdte. Sociedad Dominicana de Diarios
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