Durante toda su vida, el actor puertorriqueño Shalim Ortiz se resistía a someterse al escrutinio de un director de “casting” o de un productor. Hasta que hace un año, descubrió la riqueza de ese proceso en el cual compite por un personaje.
Con actuaciones en producciones como “Dama y obrero”, “Made in Manhattan” y “Señora Acero”, nos confesó su dilema.
“Lo odiaba, lo resistía, me ponía ansioso, no lo disfrutaba, no lo entendía. Hace menos de un año y tengo 38 años, empezó a gustarme. Empecé a encontrarle otro ángulo, a entender que es un proceso bonito de creación, más que de juicio; y los resultados han sido diferentes”, reconoció.
Aceptar que nunca podrá escapar de un “casting”, le permitió cambiar su actitud.
“Es como una realidad que no va a cambiar. Es un proceso en el que tienes que darte muchos cantazos para que se te haga la piel más gruesa y se te quite el miedo de no hacerlo bien, que esa es la fobia número uno”, expresó.
Aunque su madre Charytín Goyco es una veterana artista, le pide consejos a él.
“Ahora es que mami está dándolo mucho a su parte de actriz. Como yo hago 60 audiciones al año, me llama porque se pone muy nerviosa para audicionar porque ella casi nunca lo ha hecho, obviamente porque con su nombre le ofrecen papeles. Me dice: ‘Ay mijo qué hago’. Entiendo lo que siente porque a mí me costó por muchos años”, indicó.
Por cierto, en este último año el continuo trabajo de Goyco en Puerto Rico y República Dominicana le ha servido a sobrellevar la pérdida de su esposo y padre de Shalim, el productor Elín Ortiz.
“Para el artista la mejor terapia es el trabajo porque te ayuda a soltar esas emociones cargadas. Cuando mi papá murió el año pasado, lo mejor que me pudo haber pasado fue estar ocupado haciendo ‘Señora Acero’. También porque tenía un doble significado, porque mi papá me dio mi primer trabajo (en ‘Qué angelitos’) y estuve en el set honrándolo”, observó.
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