El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regreso a la Oficina Oval hoy lunes después de dos semanas de vacaciones llenas de caos y las oscuras nubes que asolan a su incipiente presidencia no muestran señales de aclararse, regresa a la candela del palacio.
Siete meses después de asumir el cargo, la calificación de aprobación del magnate de bienes raíces se ha desplomado a un mínimo histórico. Y lejos de lograr un tono más unificador, las palabras y acciones de Trump continúan alimentando el sentido de una presidencia sin timón, pasando de una crisis auto-generada a la siguiente.En quizás lo peor hasta la fecha, le dio un golpe aplastante a su propia administración en apuros diciendo que "ambos bandos" eran culpables por el derramamiento de sangre en Charlottesville, Virginia después de un rally de neonazis y supremacistas blancos.
Al Gore, un ex vicepresidente demócrata, aconsejó a Trump a "renunciar". Mitt Romney, un candidato presidencial republicano reciente, instó al presidente a "reconocer que estaba equivocado" y "pedir disculpas".Partes del mundo empresarial están expresando abiertamente exasperación con Trump, ya que los miembros de su propio partido republicano -durante "fuera de lo común" - se vuelven más audibles y asertivos."El presidente aún no ha sido capaz de demostrar la estabilidad ni algunas de las competencias que necesita demostrar para tener éxito", dijo el senador republicano Bob Corker en una frase cincelada, capturando el creciente sentimiento de que la imprevisibilidad de Trump no puede sostener sus cuatro Año.Con su regreso a Washington, el número uno en la lista de tareas del presidente es la reforma tributaria.Cumplir con esa promesa de campaña marcaría el primer logro legislativo significativo de Trump desde su juramento de enero.Sus ataques verbales contra los principales miembros del Congreso han enfriado las relaciones entre la Casa Blanca y Capitol Hill, pero los legisladores con las elecciones de mitad de mandato del próximo año también temen un enfrentamiento abierto.Los principales legisladores republicanos Paul Ryan y Mitch McConnell "reconocen a Trump por lo que es, y no hay amor perdido", dijo Larry Sabato, profesor de política en la Universidad de Virginia."Pero tienen que proteger a sus miembros en la boleta electoral en noviembre de 2018", dijo a la AFP."No tienen otra opción que trabajar con Trump, y Trump lo sabe y disfruta jugando con ellos como un gato sería a un ratón acorralado".
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