En medio de la polémica que rodea a su administración por comunicaciones con el embajador ruso ante Estados Unidos, Sergei Kislyak, previo a las elecciones, el presidente Donald Trump acusó a su predecesor Barack Obama de grabar las conversaciones telefónicas en Trump Tower.
Sin mostrar evidencia, Trump envió un mensaje ayer sábado desde su cuenta de Twitter @realDonaldTrump en el que indica que Obama tenía sus líneas teléfonicas interceptadas en Trump Tower durante el “tan sagrago proceso electoral”. El presidente además compara la supuesta acción con el escandálo Watergate que llevó a la caída política del presidente republicano Richard Nixon.
“Esto es Nixon/Watergate. Malo (o enfermo) tipo”, planteó el presidente.
El expresidente Obama no ha reaccionado a los señalamientos.
Uno de los escándalos más grandes de la historia política en la década de los 70 –conocido como Watergate– estuvo relacionado con acusaciones de escuchas telefónicas a funcionarios del Partido Demócrata. El caso provocó la renuncia de Nixon.
Las acusaciones de Trump se dan en medio de la tormenta diplomática en su administración luego de que se conociera que su secretario de Justicia Jeff Sessions mantuvo conversaciones con el embajador ruso en Washington el año pasado, que evitó mencionar en enero al ser interrogado bajo juramento en el Senado.
Sessions se declaró impedido este jueves de participar de cualquier investigación sobre la campaña electoral de 2016, asunto que ha estado en controversia por la presunta injerencia de Moscú —según miembros de inteligencia de EEUU— para favorecer al republicano.
Además, argumentó que la primera reunión de Sessions con el diplomático fue organizada por la Administración Obama bajo un programa de educación para 100 embajadores.
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