Se acabó. Robert Redford es un octogenario que se ha mantenido en la brecha hasta hoy. Pero recientemente ha desvelado que dice adiós a su carrera de actor: dos películas más y lo deja.
Tiene un proyecto con Jane Fonda para rodar una historia de amor (muy) crepuscular y también una comedia en ciernes titulada Un viejo con una pistola en la que trabajará junto a Sissy Spacek y Casey Affleck.
Luego, según ha relatado en una entrevista a su nieto Dylan Redford, el actor pondrá punto final a su trayectoria como intérprete. Seguirá, eso sí, ejerciendo de director.
Una excusa perfecta para recordar al Robert Redford que ha seducido a varias generaciones de espectadores y que, durante mucho tiempo, ha sido considerado el actor más guapo de la pantalla (con permiso de Paul Newman). Luego llegaría Brad Pitt, claro. Pero ese es otro capítulo.
Una de las películas más emocionantes de las que rodara Robert Redford a las órdenes de Sidney Pollack. La historia de un amor que se extingue (o tal vez no) con el paso del tiempo. Robert Redford en la plenitud de su belleza y la canción inmortal de Barbra Streisand que (sniff) humedece los ojos al más pintado: The way we were. Corría el año 1973.
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